Por Juan Bonilla
Monchi Rodríguez y yo tenemos más de diez años absolutamente distanciados y con enconadas diferencias. Nos saludamos por cortesía y no creo que eso vaya a variar en los meses y años por venir.
Ahora bien, un periodista que respete su profesión y a la opinión pública debe siempre poner la verdad, la razón y los hechos por encima de sus divergencias y criterios personales con una figura de preponderancia noticiosa.
Con Monchi Rodríguez hay una realidad que es irrefutable e inocultable: él es, y debe ser, la figura número uno (el líder) del nuevo gobierno de Danilo Medina en la influyente provincia de Santiago y las razones son obvias.
Si Monchi es el presidente del PLD, fue el jefe de campaña en las pasadas elecciones del 20 de mayo y es una figura de absoluta lealtad al presidente electo, ¿cómo regatearle el liderazgo que debe tener en el nuevo gobierno en Santiago?.
En el caso de Rodríguez no se puede actuar con mezquindad e irracionalidad, pues fue él quien más “se la jugó” en Santiago a favor de Danilo Medina y sería de oportunistas no rerconocer ahora sus aportes al triunfo de Danilo Medina.
En el 2008, cuando Medina enfrentó internamente al presidente Fernández, Monchi Rodríguez cerró fila con el hombre en que siempre ha creido y en momentos en que la mayoría estaba con Leonel, él apostó al ahora presidente electo.
Es el presidente del comité municipal del PLD, es miembro de su comité central, fue regidor y diputado y siempre ha estado al lado de Danilo Medina. Su lealtad, su sacrificio y entrega deben ser reconocidos y premiados ahora.
En la actividad pública se sabe que yo no le simpatizo a Monchi Rodríguez ni él a mi, pero estoy convencido de que él es quien debe liderar el gobierno de Medina en Santiago y lo planteo porque creo que él se ganó ese espacio.
No conozco otro dirigente del PLD en Santiago que se la haya jugado a favor de Danilo Medina con la firmeza de Monchi y que por años haya mantenido una lealtad inquebrantable al presidente electo en la dimensión que él lo ha hecho.
Si es así, se cae de la mata entonces que Rodríguez debe ser la figura estelar, el protagonista número uno y el líder de la administración de Medina en Santiago. Lo único que deberíamos exigirle, eso sí, es prudencia y cero sectarismo.
En mi ejercicio periodístico siempre he favorecido que las cosas se digan “como son”, sin importar que me beneficien o me afecten a mi pues al final hay una realidad que yo ni nadie puede cambiar. Lo justo por encima de todo.
Si Monchi Rodríguez es el presidente del PLD, fue el jefe de campaña en Santiago y es un hombre de la absoluta confianza de Danilo Medina, creo que es razonable plantear que él debe liderar el nuevo gobierno en esta provincia.
No se a que aspira Monchi porque, repito, tengo años alejado de él y no gozo de su confianza ni de su simpatía (ni me interesa), pero creo firmemente que él debe ocupar un elevado cargo en el nuevo gobierno y dar la cara por los peledeístas de Santiago.
El trabajo, la lealtad, la firmeza, el sacrificio y la entrega deben ser premiados y fue Monchi Rodríguez que lideró esa labor en Santiago a favor de Danilo Medina. Es así como lo veo.
Ahora bien, un periodista que respete su profesión y a la opinión pública debe siempre poner la verdad, la razón y los hechos por encima de sus divergencias y criterios personales con una figura de preponderancia noticiosa.
Con Monchi Rodríguez hay una realidad que es irrefutable e inocultable: él es, y debe ser, la figura número uno (el líder) del nuevo gobierno de Danilo Medina en la influyente provincia de Santiago y las razones son obvias.
Si Monchi es el presidente del PLD, fue el jefe de campaña en las pasadas elecciones del 20 de mayo y es una figura de absoluta lealtad al presidente electo, ¿cómo regatearle el liderazgo que debe tener en el nuevo gobierno en Santiago?.
En el caso de Rodríguez no se puede actuar con mezquindad e irracionalidad, pues fue él quien más “se la jugó” en Santiago a favor de Danilo Medina y sería de oportunistas no rerconocer ahora sus aportes al triunfo de Danilo Medina.
En el 2008, cuando Medina enfrentó internamente al presidente Fernández, Monchi Rodríguez cerró fila con el hombre en que siempre ha creido y en momentos en que la mayoría estaba con Leonel, él apostó al ahora presidente electo.
Es el presidente del comité municipal del PLD, es miembro de su comité central, fue regidor y diputado y siempre ha estado al lado de Danilo Medina. Su lealtad, su sacrificio y entrega deben ser reconocidos y premiados ahora.
En la actividad pública se sabe que yo no le simpatizo a Monchi Rodríguez ni él a mi, pero estoy convencido de que él es quien debe liderar el gobierno de Medina en Santiago y lo planteo porque creo que él se ganó ese espacio.
No conozco otro dirigente del PLD en Santiago que se la haya jugado a favor de Danilo Medina con la firmeza de Monchi y que por años haya mantenido una lealtad inquebrantable al presidente electo en la dimensión que él lo ha hecho.
Si es así, se cae de la mata entonces que Rodríguez debe ser la figura estelar, el protagonista número uno y el líder de la administración de Medina en Santiago. Lo único que deberíamos exigirle, eso sí, es prudencia y cero sectarismo.
En mi ejercicio periodístico siempre he favorecido que las cosas se digan “como son”, sin importar que me beneficien o me afecten a mi pues al final hay una realidad que yo ni nadie puede cambiar. Lo justo por encima de todo.
Si Monchi Rodríguez es el presidente del PLD, fue el jefe de campaña en Santiago y es un hombre de la absoluta confianza de Danilo Medina, creo que es razonable plantear que él debe liderar el nuevo gobierno en esta provincia.
No se a que aspira Monchi porque, repito, tengo años alejado de él y no gozo de su confianza ni de su simpatía (ni me interesa), pero creo firmemente que él debe ocupar un elevado cargo en el nuevo gobierno y dar la cara por los peledeístas de Santiago.
El trabajo, la lealtad, la firmeza, el sacrificio y la entrega deben ser premiados y fue Monchi Rodríguez que lideró esa labor en Santiago a favor de Danilo Medina. Es así como lo veo.