PARÍS.- La princesa saudí Maha Al-Sudaïri, esposa repudiada del heredero, Nayef, dejó el pasado jueves sin pagar una cuenta de cerca de seis millones de euros del hotel de lujo en el que se alojaba con su séquito desde diciembre de 2011, informó hoy "Le Parisien".
La dirección del Sangri-La de París, prevenida por la fama de las deudas que ha ido dejando Al-Sudaïri, se movilizó rápidamente cuando se apercibió de que de madrugada se iba junto a sesenta miembros de su séquito particular y llamó a la policía, según el diario francés.
Inmediatamente se contactó con la embajada saudí en Francia y se registraron las maletas de la princesa, que gracias a su inmunidad diplomática, podría sin embargo salir indemne.
Este escándalo llega tras más de dos años en los que se había mostrado discreta, después de que el rey Abadalá de Arabia Saudí la hubiera recluido en uno de sus palacios para evitar los repetidos escándalos que había provocado, con el consiguiente efecto para la imagen de su país.
Sin embargo, desde el invierno Al-Sudaïri volvió a París con el personal doméstico y desde el 23 de diciembre ocupaba la séptima planta del Shangri-La, con sus 41 suites y habitaciones por un precio de 20.000 euros la noche.
La factura total acumulada con el hotel era de 16 millones de euros, que sólo había sido abonada parcialmente.
La princesa ya había causado una gran impresión en la capital francesa en 2009 cuando dejó deudas por importe de 15 millones de euros por compras en boutiques de lujo (joyas, vestidos, lencería, etcétera) y gastos de hospedaje.
La dirección del Sangri-La de París, prevenida por la fama de las deudas que ha ido dejando Al-Sudaïri, se movilizó rápidamente cuando se apercibió de que de madrugada se iba junto a sesenta miembros de su séquito particular y llamó a la policía, según el diario francés.
Inmediatamente se contactó con la embajada saudí en Francia y se registraron las maletas de la princesa, que gracias a su inmunidad diplomática, podría sin embargo salir indemne.
Este escándalo llega tras más de dos años en los que se había mostrado discreta, después de que el rey Abadalá de Arabia Saudí la hubiera recluido en uno de sus palacios para evitar los repetidos escándalos que había provocado, con el consiguiente efecto para la imagen de su país.
Sin embargo, desde el invierno Al-Sudaïri volvió a París con el personal doméstico y desde el 23 de diciembre ocupaba la séptima planta del Shangri-La, con sus 41 suites y habitaciones por un precio de 20.000 euros la noche.
La factura total acumulada con el hotel era de 16 millones de euros, que sólo había sido abonada parcialmente.
La princesa ya había causado una gran impresión en la capital francesa en 2009 cuando dejó deudas por importe de 15 millones de euros por compras en boutiques de lujo (joyas, vestidos, lencería, etcétera) y gastos de hospedaje.