No cabe duda. El Instituto Nacional de Estabilización de Precios (Inespre) es la clave perdida para resolver el problema generado con el precio del pollo.
Todos recordarán que fue creado con ese objetivo por el Joaquín Balaguer en uno de sus gobiernos y, tenía una triple misión a favor del país, del productor y del consumidor.
Obviamente, eso fue antes que los corruptos se robaran sus fondos, al Estado, a los productores y a los consumidores. Eso fue antes que el neoliberalismo salvaje arrasara con todo y se consolidará este sistema que reduce el Estado a un simple espectador-que a su vez se hace cómplice de muchas de las acciones.
La Herramienta perfecta
El objetivo del Inespre en su fundación era controlar los desenfrenos y especulación del mercado sacando a los intermediarios de la cadena de abastecimiento y abaratar costos, tanto a favor de los productores como de los consumidores.
De igual forma, el Inespre servía de garantía de mercado a los excedentes de los productores, evitando que se depriman los precios por sobreproducción o que se dañaran por falta de mercados.
Pero el tercer objetivo del Inespre era llevar productos a precios asequibles a la población, es decir a los consumidores que no necesariamente tenía que ser por un subsidio del Gobierno o mediante sus planes sociales sino por la eliminación de los intermediarios que podía comprar en grandes cantidades a los productores y vender directamente a los consumidores.
Se lo robaron
El problema es que en el camino, el Inespre fue prostituido, distorsionado y robado por los ladrones enganchados a políticos, que además de robarse los recursos asignados por el Estado, hicieron cuentas millonarias a los productores y finalmente vendía al mismo precio que las cadenas de supermercados.
La situación degeneró en una estafa y un problema para el Estado y finalmente terminó siendo desmantelado por en perjuicio de estos mismos tres sectores, consumidores, productores y del Estado.
Todos recordarán que fue creado con ese objetivo por el Joaquín Balaguer en uno de sus gobiernos y, tenía una triple misión a favor del país, del productor y del consumidor.
Obviamente, eso fue antes que los corruptos se robaran sus fondos, al Estado, a los productores y a los consumidores. Eso fue antes que el neoliberalismo salvaje arrasara con todo y se consolidará este sistema que reduce el Estado a un simple espectador-que a su vez se hace cómplice de muchas de las acciones.
La Herramienta perfecta
El objetivo del Inespre en su fundación era controlar los desenfrenos y especulación del mercado sacando a los intermediarios de la cadena de abastecimiento y abaratar costos, tanto a favor de los productores como de los consumidores.
De igual forma, el Inespre servía de garantía de mercado a los excedentes de los productores, evitando que se depriman los precios por sobreproducción o que se dañaran por falta de mercados.
Pero el tercer objetivo del Inespre era llevar productos a precios asequibles a la población, es decir a los consumidores que no necesariamente tenía que ser por un subsidio del Gobierno o mediante sus planes sociales sino por la eliminación de los intermediarios que podía comprar en grandes cantidades a los productores y vender directamente a los consumidores.
Se lo robaron
El problema es que en el camino, el Inespre fue prostituido, distorsionado y robado por los ladrones enganchados a políticos, que además de robarse los recursos asignados por el Estado, hicieron cuentas millonarias a los productores y finalmente vendía al mismo precio que las cadenas de supermercados.
La situación degeneró en una estafa y un problema para el Estado y finalmente terminó siendo desmantelado por en perjuicio de estos mismos tres sectores, consumidores, productores y del Estado.
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