viernes, 6 de julio de 2012

La gran ventaja de lo “on line”


Editorial invitado del periódico Hoy

De buenas a primeras, y atribuyendo un monto exagerado al descenso de recaudaciones por compras por Internet, se levantan objeciones al esquema que libra de gravámenes adquisiciones hasta 200 dólares.

Se trata de una facilitad que se ha extendido por el mundo como gracia a los consumidores para que obtengan artículos de bajos precios directamente en sus orígenes sin la penalidad aduanal y eludiendo, en legítima defensa, los costos a veces excesivos que supone depender de ciertos intermediarios.

Hombres, mujeres y adolescentes de esta nueva era de la humanidad consideran que esta opción simple y favorable a sus bolsillos constituye ya un derecho adquirido.

Que no se pretenda de un plumazo disminuirla o eliminarla. La objeción a este aspecto de la globalización podría estar justificada desde el punto de vista de un sector importador. No de todos.

Pero choca frontalmente con el parecer de los adquirientes de una gama de enseres que les son de utilidad. Sería una medida impopular; de agresión a una creciente clase media.

En términos sociales la exención a compras on line es una conquista ciudadana.

La función principal de las aduanas no debe ser lesionar a contribuyentes que ya por otros consumos, como el de combustibles, están muy presionados.

Eliminarla cerraría una puerta para comprar con descuentos justos cosas que adquiridas aquí cuestan demasiado.