domingo, 2 de septiembre de 2012

LA PESADILLA QUE VIVE PLAYA DORADA


Manuel Gilbert

PLAYA DORADA, Puerto Plata.-Visitar el complejo turístico de Playa Dorada durante los primeros 15 de su apertura producía una grata impresión, debido al dinamismo que se respiraba en el principal complejo hotelero del destino turístico Puerto Plata.

Sin embargo, hoy llegar a este centro vacacional produce una sensación devastadora y una honda tristeza, porque el enclave hotelero pionero del turismo receptivo de masa atraviesa por un momento de vacas flacas.

Desde que el visitante arriba a su entrada observaba un entrar y salir de vehículos y personas muy activo y el complejo turístico inaugurado en 1980 con la apertura del hotel Jack Tar Village era bullicioso y alegre.

Ahora la imagen que proyecta es desoladora, como resultado del cierre o la conversión en condominios de la mayoría de sus trece hoteles, cuya ocupación ha descendido a nivel crítico, propiciando el despido de la mayoría de sus empleados.

La calidad de las propiedades, los alimentos, bebidas y amenizada ha descendido en un 70 por ciento, provocando comentarios desfavorables de los huéspedes que durante más de 15 años las abarrotaban de bote en bote.

Igualmente la mayoría de los negocios de su otrora activa, animada y festiva plaza han cerrado sus puertas y lo que fue un maravilloso espacio para bailar, tomar, la sana recreación, encuentros con amigos y compras ha colapsado.

A pesar de que fue regenerada y hermoseada durante la gestión de Felucho Jiménez, su playa está vacía casi todo el tiempo y los vendedores pasan el día haciendo cuentos o durmiéndose, porque no hay clientes para ofertarles peinados, artesanías y excursiones.

De su lado, los taxistas echan el día bostezando cerca de sus vehículos y los empleados de las tiendas y salones de belleza que funcionan en los hoteles son presa también de pereza que produce la falta de clientes.

El cuadro deprimente que proyecta el que fuera el buque insignia del destino turístico Puerto Plata, ha provocado que los touroperadores hayan optado por llevar a la mayoría de los turistas a otros destinos del exterior o del país.

La mayoría de las cadenas hoteleras que operaban en el complejo de Playa Dorada y en otros enclaves del destino Puerto Plata se han ido poco a poco y el ambiente que dejaron atrás es de quiebra y de derrota.

El colapso ha venido, porque los empresarios vinculados al principal complejo turístico de la Novia del Atlántico no accionaron a tiempo para evitar caer en el abismo profundo de la bancarrota y todavia siguen esperando que ocurra un milagro que salve a Playa Dorada.

Y como lo accesorio sigue la suerte de lo principal, como dice un viejo aforismo jurídico, con su caída estrepitosa, Playa Dorada también arrastró al desastre a todo el destino Puerto Plata que, salvo cinco propiedades, se ahogó en este dramático naufragio.