Vergüenza ajena es lo que da ver como muchos comunicadores y comunicadoras cuando se trata de degustar un brindis, ya sea de comidas o bebidas, en actividades donde asisten supuestamente a “trabajar”.
La situación es tan conocida y manejada por las empresas que ya los organizadores de eventos añaden a las invitaciones una nota que precisa: “habrá brindis”. Los periodistas tienen derecho de comer y beber en las actividades pero como dice un viejo dicho popular “Lo demasiado hasta Dios lo ve”.
Por poner un ejemplo de la situación que se plantea, se cita el recorrido que organizó recientemente en Santiago una empresa de embutidos donde algunos de los asistentes estuvieron a punto de llegar a los golpes en disputa por algunos de los obsequios de productos que la empresa preparó para los asistentes; y se dice que en la trifulca participaron reconocidos periodistas de la ciudad corazón.
Que vergüenza!!!
La situación es tan conocida y manejada por las empresas que ya los organizadores de eventos añaden a las invitaciones una nota que precisa: “habrá brindis”. Los periodistas tienen derecho de comer y beber en las actividades pero como dice un viejo dicho popular “Lo demasiado hasta Dios lo ve”.
Por poner un ejemplo de la situación que se plantea, se cita el recorrido que organizó recientemente en Santiago una empresa de embutidos donde algunos de los asistentes estuvieron a punto de llegar a los golpes en disputa por algunos de los obsequios de productos que la empresa preparó para los asistentes; y se dice que en la trifulca participaron reconocidos periodistas de la ciudad corazón.
Que vergüenza!!!
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