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¿Qué va a pasar con la persecución de la corrupción? ¿No se verá lo que ha ocurrido en los últimos ocho años? ¿No se tomará en cuenta que en los últimos tiempos hemos alcanzado la categoría del país más corrupto de América Latina, según la revista The Economist?
El gobierno de Danilo Medina no quiere mirar para ese lado. Quiere olvidarse de la corrupción del pasado y volver a hacer el borrón y cuenta nueva. Parece que es lo que más conviene, aunque no sea lo que más beneficie al país.
Aunque Danilo Medina ofreció moralidad, transparencia, pulcritud en la cosa pública, no quiere hablar del pasado inmediato. La corrupción pareciera ser un tema que tocará únicamente a los funcionarios que se instalaron a partir del 16 de agosto del 2012.
Nada va a pasar. Es lamentable que así sea, pues los que gobiernan ahora entienden que seguimos siendo un país libre de corrupción, y que mienten Transparencia Internacional y la revista The Economist, así como el Forum Económico Mundial y todos los que han evaluado y tasado la corrupción en la República Dominicana.
Y si es así ¿por qué el gobierno se ha empeñado en hacer firmar un Pacto Ético a los funcionarios, pese que como quiera están obligados a desempeñar sus funciones con honestidad?
Seguimos siendo un país de paradojas y contradicciones. Y este tema es una de esas grandes paradojas que sonrojan a cualquiera.
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