Hace varias semanas la Embajada de los Estados Unidos advirtió a sus ciudadanos sobre transitar en horas de la noche debido a los continuos robos y asaltos que se producen en esta carretera.
Utilizar la autopista Duarte en horas de la noche se ha convertido en una odisea para cientos de conductores de vehículos de cargas, pequeños camiones y vehículos privados que desafían la oscuridad, la poca señalización de algunos tramos y se exponen a la delincuencia para poder llegar desde la capital hasta el Cibao y viceversa.
En los últimos meses los asaltos a camiones y el robo a negocios ha transformado la carretera de un viaje placentero a simple trayecto sin pausa en los tradicionales paradores que hay en la referida vía.
En el mes de julio un camión de la Corporación Minera Dominicana cargado con 2,459 kilos de oro y plata, con un valor de US$1.3 millones, fue robado por desconocidos a la altura del kilómetro 43, en Villa Altagracia sin que se haya dado con los responsables.
Este y otros hechos han elevado los niveles de preocupación de los usuarios de esta carretera que han reforzado su seguridad para evitar ser víctima de los delincuentes.
“Andamos armados y en grupo cuando tenemos que llevar carga de Santo Domingo a cualquier parte del Cibao”, dijo Benjamín Crisóstomo, quien trabaja para Mercasid.
Igual que él, otro como Rafael Soto, que viaja interdiario hacia Santo Domingo a transportar productos agrícolas establecen que han optado por no hacer parada en las carreteras para evitar ser asaltados.
Los negocios que están a ambos lados de la autopista Duarte son también asediados por los malhechores, lo que ha provocado que muchos tengan que cerrar un poco más temprano.
Utilizar la autopista Duarte en horas de la noche se ha convertido en una odisea para cientos de conductores de vehículos de cargas, pequeños camiones y vehículos privados que desafían la oscuridad, la poca señalización de algunos tramos y se exponen a la delincuencia para poder llegar desde la capital hasta el Cibao y viceversa.
En los últimos meses los asaltos a camiones y el robo a negocios ha transformado la carretera de un viaje placentero a simple trayecto sin pausa en los tradicionales paradores que hay en la referida vía.
En el mes de julio un camión de la Corporación Minera Dominicana cargado con 2,459 kilos de oro y plata, con un valor de US$1.3 millones, fue robado por desconocidos a la altura del kilómetro 43, en Villa Altagracia sin que se haya dado con los responsables.
Este y otros hechos han elevado los niveles de preocupación de los usuarios de esta carretera que han reforzado su seguridad para evitar ser víctima de los delincuentes.
“Andamos armados y en grupo cuando tenemos que llevar carga de Santo Domingo a cualquier parte del Cibao”, dijo Benjamín Crisóstomo, quien trabaja para Mercasid.
Igual que él, otro como Rafael Soto, que viaja interdiario hacia Santo Domingo a transportar productos agrícolas establecen que han optado por no hacer parada en las carreteras para evitar ser asaltados.
Los negocios que están a ambos lados de la autopista Duarte son también asediados por los malhechores, lo que ha provocado que muchos tengan que cerrar un poco más temprano.
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