jueves, 6 de septiembre de 2012

José Carlos, definido como buen amigo, gentil y respetuoso


Desde niño, José Carlos Hernández fue inquieto y amistoso. Muy querido por sus amigos. Amoroso con su madre y sus abuelos. Llevaba la música en la sangre.Para algunos allegados del joven de 24 años muerto a cuchilladas la madrugada del pasado domingo, recordarlo para bien es lo único que les queda.

Les sirve de consuelo saber que nunca tuvieron rencillas con este muchacho inquieto que se enamoró locamente del rock, tanto así que se fue a Suramérica a probar suerte con un género musical que tiene poca cabida en suelo dominicano.

“El era simpático con todo el mundo. Tenía su propia forma de ser, pero no ofendía y era muy respetuoso”, cuenta una amiga de José Carlos, quien prefiere mantener en secreto su identidad, porque “lo que importa es lo que yo diga de él. No que me conozcan a mí”, comenta.

El mismo día que el Instituto Nacional de Patología Forense preparaba el cadáver para entregarlo a sus parientes, una mujer compungida acudió, vestida de negro, al patio de esa institución. La señora vive en la Zona Universitaria se animó a hablar de las bondades de José Carlos, con los ojos llenos de lágrimas.

No quiso que la grabaran. “Ese niño era tan cariñoso. Mi hijo estudió con él. Se graduaron juntos en el primer nivel del colegio, de ‘ya sé leer’. También hicieron la primera comunión juntos en la Iglesia”, remembró.

Minutos más tarde, mostró a la prensa una fotografía donde José Carlos aparece con varios niños de su edad. En esa imagen, tenía ya siete años. Se le veía contento y disfrutando de aquel momento invadido de alegría e inocencia, cuando ni siquiera imaginaba este azaroso final de sus días. Era demasiado chico aun.

Legado

Quienes lo conocieron desde pequeño, aseguran que la inquietud innata de José Carlos tenía razón de ser en que fue el producto de un matrimonio entre dos personas estrechamente ligadas al arte popular y a los medios de comunicación: el fenecido merenguero Jochy Hernández y la comunicadora y actriz María Teresa Hernández.

Cuando se inició en el mundo de la música rockera, José Carlos cursaba aún el nivel del bachillerato. Un amigo lo conquistó para meterlo de lleno en un proyecto musical como baterista.

Cuentan que su familia intentó disuadirlo para que abandonara la idea de tocar este tipo de música, arguyéndole que en este país el rock no tenía muchos seguidores. Pero José Carlos ni hizo caso, consumó sus aspiraciones. Hizo lo que le gustaba.

Su madre no quería que hiciera música rockera

La familia también temía que por las características que identifican a los cantantes de rock José Carlos fuera rechazado por la sociedad que le vio nacer. “Ella luchó, pero él quiso esa carrera. Ese era su mundo”, comenta el camarógrafo Ramón Carmona, compadre y compañero de trabajo de muchos años de María del Carmen.“Él tenía un gran corazón”, expresa Carmona, quien conocía desde niño a José Carlos, por la cercanía que tiene con su familia.

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