Por Jorge L. Pérez / jorge.perez@gfrmedia.com
Tal parece que Héctor 'Macho' Camacho, un hombre que ha vivido toda su vida como una bala perdida, finalmente se topó anoche, en Bayamón, con una bala que venía en la dirección contraria.
Claro, escribo esto sin saber ni los más mínimos detalles acerca de lo ocurrido, salvo que el tres veces excampeón de boxeo boricua había sido baleado. Y, naturalmente, lo hago confiando en que salga con vida.
Pero lo cierto es que su trayectoria de los últimos años había sido tan errática, y había coqueteado tanto con la violencia, que hasta cierto punto era un milagro que no le pasara nada.
¿Cuál ha sido esa trayectoria? Pues, entre otras cosas, múltiples arrestos por usar sustancias controladas y conducir irresponsablemente, más una estadía de casi dos años en la cárcel por robar varias computadoras de un negocio de efectos electrónicos en Mississippi.
Este mismo año, Camacho fue acusado de haber agredido a un hijo adolescente suyo en casa de una exesposa en la Florida.
Es decir, ya en plena madurez -cumplió 50 años el 24 de mayo-, Camacho seguía cometiendo los mismos errores de juventud que había venido cometiendo toda su vida.
Es solo que las excentricidades del otrora delincuente juvenil criado en Nueva York, que resultaban graciosas cuando formaban parte de su chispeante personalidad como boxeador, hace ya bastante tiempo resultaban patéticas o hasta dignas de lástima. Hasta el punto de que el Macho Man se ha convertido, en tiempos recientes, en carne de cañón para los programas de chismes de farándula.
Ojalá que viva para contarlo.