La Cámara de Diputados ha tenido la loable iniciativa de publicar una Constitución para niños que pondrá a circular en un acto la próxima semana. Es una magnífica idea que debe ser imitada e incluso copiada.
Nunca seremos una nación respetuosa de las leyes, -y la Constitución es la ley máxima- si desde niños no la conocemos y aprendemos a amarla.
La propia Constitución establece como una obligación del Estado promover la enseñanza del texto sustantivo, y el propio Tribunal Constitucional ha firmado acuerdos con el ministerio de Educación y otras instituciones, para promover el estudio y difusión del texto.
La edición de los diputados está hermosamente ilustrada y contiene textos de fácil comprensión, elaborados por la profesora Dulce de Castellanos. Ojalá otras instituciones apoyen el gesto de los diputados reimprimiendo esta obra para su mayor difusión.
Vayan nuestras felicitaciones al presidente de los Diputados, licenciado Abel Martínez, por esta contribución de bien patrio.