martes, 6 de noviembre de 2012

Cutá Pérez es recordado como un jugador afable


En el terreno fue todo un batallador y gran compañero. Fuera de las líneas de cal, la historia tiene la misma similitud. Excelente persona, buen amigo, pero sobre todo, un gran ser humano.

 Estas cualidades fueron externadas por figuras que han sido emblemáticas dentro de la organización de las Águilas Cibaeñas y que compartieron camerino por varias temporadas en ese equipo. Entre estos se encuentran Stanley Javier, Winston –Chilote- Llenas, Tony Peña y Luis Polonia.

 “Fue un jugador que emocionaba mucho”, expresó Javier. “Era un gran competidor y excelente lanzador. Inquietaba a muchos y más cuando nos enfrentábamos a él y a los Tigres del Licey en esos años excitantes en la pelota invernal”, agregó el jardinero que compartió dugout con Pérez por cinco temporadas (1981-1986) en las Águilas. Asimismo, Javier definió a “Cutá” como persona jocosa debido a que tenía las mismas cualidades del también lanzador fenecido José Lima. 

 “Había muchas similitudes entre ambos”, expresa. “Recuerdo que el día que no le toca lanzar se la pasaba relajando, al igual que Lima, riéndose, haciendo chistes con todos nosotros. Ellos tenían el mismo temperamento. Fue una persona agradable, que se dio a querer por muchos”. Pérez, calificado de jugador de buen “temple” fue asesinado el pasado jueves en el interior de su residencia en la comunidad de Nigua, San Cristóbal, por varios individuos, quienes les dieron otra estocada al deporte dominicano, en especial al béisbol. 

 “Su vida estuvo llena de muchas historias buenas que serán recordadas por mucho tiempo, en especial nosotros, quienes compartimos con él camerino”, expresó Chilote Llenas, presidente de las Águilas. “Cutá fue un magnífico lanzador. Un hombre con una personalidad exuberante. Gran amigo, gran hermano, pero sobre todo un gran familiar por el tiempo que estuvo con nosotros en las Águilas”, agregó. 

 Pérez ocupa el segundo lugar de todos los tiempos en victorias (40) con el uniforme de las Águilas, empatado con Fernando Hernández, sólo detrás de Arnulfo Espinosa (48). Pascual ha sido uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos en las Águilas y es líder de este equipo en juegos completos (17) y blanqueadas (8). En dos temporadas consecutivas (1981-82 y 1982-83) acumuló 19 triunfos contra seis derrotas en serie regular. 

 “El trato especial que me dio cuando era apenas un novato es algo que siempre recordaré. Ambientaba el entorno en donde nos encontrábamos, sin importar el estadio en donde estuviéramos jugando”, expresó Polonia, coach de bateo del conjunto mamey. “La Hormiga Atómica”, como se le conoce al veterano jugador, recuerda que en su tiempo de novato con las Águilas, una de las personas que buen trato le dio fue precisamente Pérez. 

 “Siempre recordaré ese trato. Aprendí muchas cosas de él. No le importaba que uno fuera novato y él un Grandes Ligas. Para él todos éramos iguales. Había un buen vínculo entre todos en el equipo. Todos gozábamos en la guagua con él”, manifestó Polonia.

 Excepcional 

 Tony Peña mantiene viva en su mente las veces que le sirvió de receptor a Pascual Pérez. “Excepcional”, así lo califica Peña, quien jugó por ocho temporadas con “Cutá”. “Siempre nos entendimos. Había buena comunicación. Nunca hubo problema. Fue un jugador carismático. Amaba el juego. Lo disfrutaba”. I

ndicó que Pascual fue uno de los mejores lanzadores dominicanos que tuvo la pelota local gracias a su control. “Recuerdo que ambos fuimos firmados el mismo año por los Piratas de Pittsburgh. Nos hicimos hombres dentro de esa organización. Fue una gran persona, tanto dentro como fuera del terreno. Fue siempre servicial con todos sus compañeros. Cuando se pierde la vida de una persona de esa manera no hay palabras para uno poder explicarlo”, dijo.

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