josephcaceres89@gmail.com
Los que envían notas de prensa a los periódicos ya tienen a los periodistas hastiados con el uso de adjetivos aumentativos y exagerados calificativos en sus escritos.
Se pierde mucho tiempo limpiando algunas notas, donde desde el principio hasta el final se exaltan virtudes, cualidades y condiciones que distan mucho de la realidad. Porque ningún medio que se respete se puede prestar a ese juego.
Ahora la moda es considerar cualquier "show" de quinta categoría como un "concierto para la historia", como cualquier presentación especial para la televisión incluye también la coletilla de que es una producción "para la historia".
Esto sin contar los calificativos de "mega concierto", "espectáculo extraordinario", "show fuera de serie" o los clásicos de "por primera vez", o "algo nunca visto".
Eventos que ni siquiera inciden en el presente, los quieren proyectar "para la historia", como si fuera tan sencillo que en el futuro la gente pueda recordar y valorar producciones artísticas "fast food", para consumir en el momento, cuyos residuos serán siempre desechables, no reciclables.
Se entiende que ello es parte de la propaganda con la que se quiere vender algunos espectáculos, sin embargo creemos que no se debe confundir la misión de los editores y redactores de espectáculos, sobre todo de los medios impresos, que si bien deben tener una apertura para dar a conocer las actividades de los artistas, enmarcadas en el plano informativo, en modo alguno se pueden prestar a servir de comodín o bocina propagandística a shows artísticos de promotores y empresarios que exageran créditos y méritos más de la cuenta.
Como por ejemplo la vez en que desde Nueva York enviaron una nota de prensa diciendo que un concierto presentado en la Arena del Madison Square Garden reunió a 40 mil personas, cuando el aforo del local es de un máximo de 20 mil. Los que publicaron eso, cayeron "en un gancho", y se convirtieron en hazmereir de quienes conocen el local.
Claro está que no faltan los alcahuetes que de manera consciente, y a veces hasta interesada, prodigan virtudes y condiciones imaginarias de eventos y artistas en ciernes que no han agotado el debido proceso de afianzamiento, incurriendo virtualmente en la práctica de convertir un soldado raso en general de un día al otro.
Pero no vayan a creer que las exageraciones solo son atribuibles al producto que anuncian. Al pie de las notas "fabulosas" siempre encontrará usted la firma de un rimbombante "Gerente de Relaciones Públicas", de alguien que hace la nota en solitario, pero dice ser el "Director del Departamento de Relaciones Publicas" de un combo, cuando ni oficina tiene y escribe desde su casa, lo cual no es más que parte del "juego de las mentiritas" que tanta se practica, en este medio artístico de farsantes.