El ex gobernador de Massachusetts puso fin a una carrera de logros con los resultados de las urnas. La imagen de oportunista, de la que no pudo deshacerse, fulminó su sueño presidencial
Mitt Romney, mormón, millonario de 65 años padre de cinco hijos y abuelo de 18 nietos, acumula éxitos profesionales: graduado en Harvard, inteligente consultor, jefe admirado, salvador de los Juegos Olímpicos de invierno de Salt Lake City en 2002, gobernador republicano del estado demócrata de Massachusetts de 2003 a 2007.
Sus derrotas han sido únicamente en el campo político: en 1994 no concretó sus aspiraciones a un escaño del Senado y en 2008 abandonó su carrera a la Casa Blanca en las primarias republicanas, que ganó John McCain.
Los cientos de millones de dólares gastados en publicidad no han logrado que se desprenda de una imagen de arrogancia, ni corregir sus vaivenes ideológicos.
¿Cuál es el "verdadero" Romney? ¿Un moderado que solía favorecer el derecho al aborto? ¿O un extremista de derecha que defiende draconianos recortes presupuestarios?
Pese a las persistentes dudas en la interna de su partido, ganó la nominación presidencial republicana como el candidato con mejores opciones para vencer a Barack Obama.