sábado, 1 de diciembre de 2012

NY rinde tributo de ídolo a “Macho” Camacho





Como si celebraran un "baquiné", su ataúd fue recibido con algarabía y admiración que le era expresada cada vez que hacía historia conquistando y defendiendo títulos en el cuadrilátero

En una carroza llegó el cuerpo con los restos de Héctor "Macho" Camacho a las calles de El Barrio, donde se crió.

 Hace muchísimos años, cuando un niño moría había quienes honraban la tradición del baquiné; colocaban el cuerpo del menor en el centro de una mesa, hacían un cerco a su alrededor con flores y velas y entonces familiares y amigos celebraban con júbilo porque ese ángel había regresado al cielo.

 Sin proponérselo, este viernes se formó en El Barrio lo más parecido a un baquiné en tributo a Héctor Camacho Matías, al que muchos vieron convertirse en el "Macho", y al que a sus 50 años, siempre niño de corazón, le fue arrebatada la vida. Quienes fueron testigos de sus luchas, no tienen la menor duda de que los tropiezos que tuvo el triple campeón mundial de boxeo ya le fueron perdonados. Y hoy día es un ángel que regresó al cielo.

 Por eso, este viernes más que un velorio, lo que hubo fue una celebración.

 Desde temprano en el día, aún cuando la temperatura apenas rozaba los 40 grados centígrados, la emoción hacía arder decenas de corazones de amigos y seguidores del fenecido "Macho" Camacho, que hacían fila frente a la parroquia Santa Cecilia, en el corazón de El Barrio, esperando a que trajeran su ataúd para poder rendirle tributo.

 Aunque las puertas de la parroquia abrirían a las 3:00 de la tarde, después del mediodía ya se contaban por cientos los ciudadanos -unos residentes de Nueva York y otros cuantos que viajaron de otros estados- que aguardaban por la llegada de su campeón.

 Finalmente, poco después de las 3:00 p.m., en una carroza blanca, donde ondeaba la bandera de Puerto Rico, llegó a su casa el ataúd del "Macho" Camacho. Entonces, el pueblo comenzó a aplaudir con fuerza, mientras le gritaban sus características frases "segudooo", "What time is it?", "Macho, Macho Time!". 

 La carroza era precedida por una caravana a la que se iban sumando automovilistas y motoristas que sonaban temas de salsa, mientras tocaban bocina, cornetas, ondeaban banderas de Puerto Rico, camisas con imágenes del campeón y hasta ramilletes de flores. Los pasajeros y conductores gritaban "¡Macho, Macho, Macho!", con la misma intensidad que lo hacían al celebrar sus éxitos tras cada pelea.