martes, 8 de enero de 2013

Manny Ramírez: “Estoy aquí porque me gusta jugar pelota”

Freddy Tapia
listindiario  Santo Domingo

La imagen de Manny Ramírez tirándose de cabeza en tercera para llegar primero que el tiro realizado por Félix Pie en un pasado encuentro contra las Estrellas en el Tetelo Vargas, puede que testimonie mejor que sus palabras sobre lo bien que la ha estado pasando esta vez en la Liga Dominicana.

 “¡Ahora!”, pudieran exclamar con cierta razón los que no ven ni una pizca de ingenuidad en nada de lo que haga el enigmático pelotero de 38 años, quien desde abril del 2011, cuando estuvo brevemente con Tampa Bay, no pisa un diamante de las Mayores.

 “No le digo nada a los que así pudieran pensar. Estoy aquí porque me gusta jugar pelota, me ha gustado la competencia y el equipo de las Águilas”, argumenta Ramírez, acusado a menudo de distraído.

 Hombre de sangre fría que suele reaccionar igual después de poncharse con las bases llenas como cuando conecta un cuadrangular para dejar al otro equipo en el terreno, habla de manera elogiosa sobre la química que hay en el conjunto cibaeño.

 “Los compañeros me han tratado bastante bien. Aquí no hay estrellas, todos somos iguales”, manifiesta Ramírez, cuyo promedio de -312, 555 jonrones y mil 831 impulsadas en 19 campañas le han convertido en uno de los mejores bateadores derechos en la historia de las Grandes Ligas, así como en la principal celebridad que ha jugado en el torneo local.

 Compañeros de viaje
 Cuando no viaja en autobús con el equipo, Manny se hace acompañar en su camioneta de doble cabina por Juliana y Bernie Castro, a quien conoció én el 2005 cuando era una estrella con los Medias Rojas de Boston y el hoy utility de las Águilas pertenecía a los Orioles de Baltimore.


 También por Ferreira, la persona que lo formó como jugador cuando en 1985, a la edad de 12 años, llegó junto a la familia a Washington Heighs procedente de República Dominicana.

 Casi siempre hacen una parada para degustar “la bandera dominicana”, arroz blanco con spaguettis o patica y orejita de cerdo en la Plaza Jacaranda o en una fonda que hay en Piedra Blanca, Bonao.

 También suelen detenerse para picar algo en el “Parador El Tamarindo”, en la Autovía del Este, cuando el club tiene compromisos contra las Estrellas o los Toros.