SANTO DOMINGO. El 24 de julio pasado, Jean Segura cumplió con el promedio de tiempo que estiman las organizaciones de las Grandes Ligas le toma a un prospecto dominicano firmado con 16 o 17 años superar el fino cedazo de Ligas Menores y debutar en el Gran Circo.
Segura, un infielder dueño de un bate "dulce" que nació en marzo de 1990, fue uno de los 509 jóvenes criollos que pactaron para el profesionalismo en 2007, con 17 años, cuando fue reclutado por los Angelinos de Los Ángeles.
En el hogar materno de Segura en San Juan de la Maguana se celebró ese día por todo lo alto y todo aquel que lo conoce sintió gran orgullo. Pero las estadísticas les dicen a este joven y los suyos que si llegar le tomó un lustro para mantenerse habrá menos paciencia.
A Starling Marte, también firmado en 2007 pero con 19 años, le tomó los mismos cinco años para debutar.
Pero de su promoción, más de 480 o fueron despedido o buscan su primera oportunidad de llegar.
Una investigación realizada por DL con jugadores dominicanos que debutaron en Las Mayores en las 10 temporadas comprendidas entre 2002 y 2011 reveló que de 220 que debutaron en ese trayecto apenas 84 jugaron al menos un partido la estación pasada (2012) para un 38%.
De hecho, de los 21 que pisaron por vez primera un terreno del Big Show en 2002 apenas tres jugaron en el curso más reciente (Fernando Rodney, Ramón Santiago y Rafael Soriano).
Del grupo que debutó en ese trayecto, la zafra de 2005 (con 25 estrenos) mantuvo la mayor presencia en la estación 2012 con 12, entre ellos Hanley Ramírez, Edwin Encarnación, Wandy Rodríguez, Melky Cabrera, Robinson Canó y Francisco Liriano.
Todos los jugadores revisados están en edad hábil para ver acción.
Cada año, las 30 organizaciones reclutan más de mil nuevos jugadores entre el sorteo aficionado de los Estados Unidos y prospectos nacidos fuera de las fronteras como agentes libres.
Con más de siete mil jugadores en Ligas Menores, la paciencia de los equipos no es tan prolongada como la de Job y en cuestión de un año un jugador puede pasar de ser prospecto cotizado a no encontrar espacio en su conjunto y tener que hacer fila.
Julio Borbón y Engel Beltré, en una rica finca de los Rangers en talento, son solo dos ejemplos recientes de esta realidad que se vive en el competitivo béisbol. Anderson Hernández también encaja en este grupo.
En 2012, la República Dominicano colocó a 137 jugadores nativos en algún momento de la campaña. El ejército que arribará esta semana a los campos de entrenamientos en Florida y Arizona incluye la cifra récord de 218 dominicanos.
Un estudio publicado en 2007 por la Population Research and Policy Review, publicado en The New York Times, reveló que el promedio que un pelotero permanece en las Grandes Ligas es de 5,6 temporadas. La investigación abarcó a 5,989 jugadores que militaron entre las temporadas de 1902 y 1993 y disputaron 33,272 partidos.
La investigación encontró que uno de cada cinco jugadores de posición apenas jugaron una temporada. El relevista Edwin Almonte fue subido por los Mets el siete de julio de 2003 y esa campaña trabajó 11 entradas. Jamás volvió a ver acción en su carrera.
El estudio del Policy Review también reveló que hay una ventaja en comenzar una carrera joven. La probabilidad de disputar una sola campaña es de un 10% para un jugador que debuta a los 20 años, sube a un 13% para uno que inicia a los 21 y a un 36% para los que comienzan con 28 años.
Cuando un jugador figura un partidos oficial tiene un seguro médico garantizado de por vida en las Grandes Ligas. Si apare en 43 choques califica para una pensión mínima de US$34 mil al año. En caso de superar las 10 temporadas el monto sube a US$100 mil al año.
"A mí me faltan apenas 30 o 35 juegos para completar 10 años de servicio en las Grandes Ligas. Yo daría lo que no tengo por completar esos 10 años porque ese es el sueño de todo el mundo", dijo Jorge Sosa a principio de 2012 en Japón.