Dicen que hablaba mucho, no controlaba del todo la corrupción, era un populista a ultranza, etc. Pero, eso sí, nunca traicionó, ni engañó, ni le mintió a su pueblo; siempre dijo lo que pensaba, aunque se equivocara; no negoció sus principios; siempre defendió los intereses de su país; como Bolívar, su gran patria fue América Latina; nunca se plegó ante nadie; asumió las mejores causas de la humanidad; gobernó sin matar, encarcelar ni desaparecer a sus enemigos y consagró la solidaridad nacional e internacional en su gobierno. Así, pese a odios y maledicencias, Hugo Chávez trasciende a su muerte.