viernes, 5 de abril de 2013

Santiago, bastión de industria del calzado


Leoncio Peralta
 Santiago


Durante muchas décadas esta ciudad fue un bastión de la producción de calzados para el mercado interno, con una floreciente industria, en especial en el nivel de micro y medianas empresas, que generó una abundante y calificada mano de obra.

 Con la apertura de los mercados y el contrabando, esa industria no pudo resistir y con ello miles de calificados zapateros quedaron desempleados o tuvieron que dedicarse a otras labores, aunque muchos lograron insertarse en las industrias de zona franca para la exportación.

 La tradición y la cultura de las zapaterías sembró profundas raíces en los barrios Pueblo Nuevo, Baracoa, La Joya, Los Pepines y en menor medida en los ensanches Bermúdez y Bolívar, donde la presencia de la micro, pequeña y mediana empresa fue masiva.

 Desde 1976 llegó a esta ciudad la fábrica de calzado más grande de República Dominicana desde Moca, la Mocashoes, que empleaba varios centenares de trabajadores y con la tecnología más avanzada de la época para esa industria.

 Importación

 En la actualidad, gran parte de los zapatos que se comercializan en Santiago son importados, lo que contrasta con aquella época en que floreció ese sector industrial, con la utilización de un alto componente de materia prima nacional, lo que im- plicaba una sustentación a las tenerías locales, empresas proveedoras de materias primas a las zapaterías.

 Zona Franca

 En la actualidad el sector zona franca está creciendo en forma acelerada en la fabricación de calzado para el mercado internacional, como lo demuestra la empresa de capital brasileño, Paquetá Colinas Business, instalada en el parque industrial de Guazumal, Tamboril, que dirige Mícalo Bermúdez, donde se producen dos millones 200 mil pares de zapatos al año, y que emplea a unos 2,000 trabajadores.