viernes, 17 de mayo de 2013

La Defensora del Pueblo, Zoila Martínez, se enfocará en trabajar para jóvenes y niños

"Había dejado ese sueño hace muchos años, pero Dios es quien dice cuándo"
SANTO DOMINGO. A las 12:30 p.m. de ayer llegó sola manejando su vehículo todoterreno y entró rauda en el parqueo de su residencia, en el sector Los Cacicazgos.

 Zoila Martínez Guante se desmontó ataviada con sombrero y ropa deportiva. Expresiva e informal, dice que mantendrá intacta su forma de ser, arropada por los mismos valores con los que nació.

 "Yo tenía muchos años que había dejado ese sueño detrás, pero Dios es quien dice cuándo será", confiesa. 

Temprano en la mañana del día siguiente en el que el Senado de la República la eligió como la primera Defensora del Pueblo en la historia del país, tomó un taxi y visitó a su compañero de terna para el puesto, el popular médico Félix Antonio Cruz Jiminián.

 "El gran humanista dominicano, Cruz Jiminián, es mi amigo personal y particular, es una persona cálida, un emblema nacional yo diría, del humanismo", habló con emoción del médico y filántropo de Cristo Rey. 

También visitó la tumba de sus padres en el cementerio Máximo Gómez, donde rezó e hizo un compromiso con una nueva responsabilidad de rango nacional.

 No usa teléfono celular, "porque tengo demasiadas personas que me llaman", y lo reafirma ante la interrogante de si a partir de ahora no tendrá que hacerlo como parte sus funciones en esta era tecnológica. "Los seres humanos que nacimos libres de espíritu como yo, no cambiamos", argumenta.

 A los tres reporteros que le esperaban frente a su casa, y bajo la lluvia, les reveló que "yo vengo del Sagrario del Altísimo, de pedirle conocimiento y sabiduría a Dios, como le dio a Salomón, para que me dé la paciencia, la luz para saber cómo comportarme en este pueblo que tenemos maneras de ser y de pensar disímiles, como debe de ser".

 Ya ocupó, en 1996, el conflictivo puesto de fiscal del Distrito Nacional, donde se destacó por la energía con que ejerció sus funciones, y su preocupación por el maltrato a la niñez. No se impuso, enfatiza, uno de los tres candidatos, Cruz Jiminián, Iraima Capriles o ella.

 "Discúlpenme la ropa pero es que yo vengo de caminar y de ahí seguí para el cementerio y para donde Cruz Jiminián, además ese es mi estilo, yo no voy a cambiarlo", aseguró

 "El Defensor del Pueblo es un título, pero aquí hay miles defensores del pueblo naturales, miles, que no tengan el título es otra cosa, pero son buenos defendiendo los derechos humanos de este pueblo", continuó expresándose, aunque presurosa tocaba el timbre de la puerta de su casa. 

 Agradece su elección a Jesucristo, y afirma que sólo con él tiene compromisos, además de con las masas pobres del país, de donde asegura que viene. Más que dirigente política, es conocida como una amiga del fenecido presidente Joaquín Balaguer.

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