El 27 de agosto de 2011, en la siempre rebelde San José de Ocoa de Luis Quinn, Demetrio Wassar Gómez, CIUDADANO con todas las mayúsculas, le aguó una fiesta clientelista a Leonel Fernández, al sostener sobre su pecho una pancarta: “Sr. Presidente, en Ocoa no todos somos tontos”. Ese mismo CIUDADANO con todas las mayúsculas fue el que hace unos días permaneció 15 horas en lo más alto del Arco de la Bandera, elevando otro grito: “Pueblo dominicano, no te dejes robar lo que es tuyo”. Está claro: sólo esa pasión ciudadana salva este país. Nada más, para empezar.
Por Ramón Colombo