Si alguna vez te tildaron de caprichoso por insistir en comer el postre con tu cuchara favorita, un nuevo estudio demuestra que tu comportamiento, lejos de ser un capricho, obedece a un principio del que hasta el momento se sabía poco: la comida nos sabe diferente según los cubiertos que usemos para comerla.
Tanto el tamaño como el peso, la forma y el color de los cubiertos influyen en el sabor de los alimentos, afirma un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
El queso, por ejemplo, tiene un sabor más salado cuando lo comemos con cuchillo en vez de con tenedor, mientras que el yogur es más sabroso cuando lo comemos con una cuchara blanca de plástico, según revelan los experimentos llevados a cabo por los científicos de Oxford.
El estudio publicado en la revista especializada Flavour -en el que participaron 100 estudiantes- concluye que nuestro cerebro emite juicios sobre los alimentos mucho antes de que nos los llevemos a la boca.
Los investigadores notaron también que si el peso de los cubiertos confirma nuestras expectativas, esto también influye en el sabor.
Por ejemplo, la comida sabe más dulce cuando la probamos con una cuchara más pequeña, que asociamos normalmente con la ingesta de postres.