Pudiéramos llegar a pensar que no será posible poner control a la delincuencia que mantiene en zozobra a la sociedad dominicana. Es tanto el agobio cotidiano que cualquiera estaría tentado a pensarlo seriamente. Sin embargo, aunque sea una actitud optimista extrema, tenemos que asumir que las autoridades y la sociedad están en condiciones y en disposición de frenarla definitivamente.
Y decimos autoridades y sociedad, porque debemos asumirlo como un gran desafío del país más allá de un gobierno. Tenemos que hacerles un mal ambiente a los delincuentes. A los que se roban los fondos públicos y a los que atracan y matan en las casas y en las calles. Tenemos que acabar con el sicariato y con el tráfico de drogas.
La delincuencia nos desafía. Ahora acaba de caer otra víctima en el pleno centro de la capital. Esta vez le ha tocado al joven ingeniero civil Ezequiel Minaya, de 25 años de edad, asesinado para despojarlo de un guillo, una cadena, su celular y una pistola que portaba. Dos hombres en una motocicleta han cometido un hecho horrendo este viernes en la avenida Gustavo Mejía Ricart esquina Doctor Defilló. Es un hecho que aterra al más indiferente y al más optimista, pero a la vez tiene que ser un desafío para frenar este ambiente de inseguridad que se ha venido apoderando del país.
Parece que todo cuanto hacemos está resultando insuficiente para solucionar este tremendo problema que está afectando profundamente el espíritu nacional. Este es nuestro principal problema y tenemos que afrontarlo decididamente y a cualquier costo. Los delincuentes nos están acorralando y la verdad es que tenemos que invertir el asunto.
Es más que evidente que no podemos seguir viviendo de esta manera, si queremos paz.
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