martes, 30 de julio de 2013

MINIATURAS DEL BÉISBOL Epidemina de sanciones y expulsiones

hectorj.cruz@listindiario.com
@hectorj_cruz

 Nunca ha sido fácil ser un auténtico Líder de instituciones y entidades. Se requiere de capacidad dirigencial, conocimiento del ser humano, tolerancia, habilidad para manejar situaciones, equilibrio en la tolerancia, y un montón de requisitos a veces no escritos en ningún código. En la medida que las sociedades se arrabalizan en su liderazgo, los efectos y daños colaterales son muchos.

 En el deporte local llama mi atención una situación peligrosa de los últimos tiempos, y es la abundancia de expulsiones y sanciones, muchas veces no justificadas.

 Simplemente porque una persona no forma parte del grupo del “líder”, o porque fulano de tal se convierte y aspira a convertirse en una opción de dirigir... y eso no se tolera... Ocurre con frecuencia, también, que se sanciona o expulsa por ser un contrario, o porque en el curso de los hechos se hacen “enemigos” de ocasión.

 He visto fuera del deporte el tremendo lío del PRD, que ya va para largo, con una secuela de daños con proyecciones directas en toda su membresía y en la estructura política dominicana. Vi un asunto similar con viejos miembros de Acroarte, que llevaron su caso a la justicia ordinaria, y lo ganaron.

 En el deporte he visto recientemente expulsiones de la ACDS, los cronistas de Santiago, y también en el softbol nacional, con el señor Víctor Almánzar a la cabeza, suspendiendo a dirigentes de asociaciones por aquí y por allá. Incluso me pasan el dato de que este martes el mismo señor Almánzar se encamina a suspender a dirigentes del softbol del Distrito Nacional, y la razón de ello es que son “oponentes y traidores”.

 Si se deja que esa agua siga corriendo sin control, los males podrían venir en abundancia en los próximos años, y el arrabal en que se ha convertido la sociedad dominicana de estos tiempos no se detendrá por décadas y quién saber si un poco más allá.

 Corresponde, pues, a la máxima dirigencia del COD y Miderec, así como a los propios dirigentes federados, darse cuenta de lo que está sucediendo y darle el frente a esas actitudes de abusos e intolerancia, pues, poco a poco se convierte en una epidemia.