sábado, 14 de septiembre de 2013

CARTA A UN AMIGO IDO A DESTIEMPO

Cuando un amigo se va, deja un espacio vacío, que no lo puede llenar la presencia de otro amigo......Duras palabras para quien no espera la partida de un amigo que más que nada, lo fuiste todo para los que te rodeamos y te aceptamos con una amistad incondicional que jamás tendrá comparación en el tiempo.

 Te has ido en tan corto tiempo, que no hay palabras que puedan describir el dolor y el vacío que dejas. Veinte años sin un si ni un no entre nosotros sabiendo Tú lo malcriado y complicado que eras. Fuiste un ser humano que la vino al mundo a trabajar sin descanso, con una niñez horrible que gracias a tus palabras conocí, cuanto luchar para llegar a ser el ser humano que fuiste y que querías ocultar de los demás tu nobleza, tu don de dar a los desposeídos, de ayudar a los tuyos y a los que nos agregamos, me prohibías hablar de ese hombre, amigo, hermano y padre, a ese que conocí hasta el nido familiar que procreaste, hoy nos dejas a todos con tu llamada Ley de Vida, con tus Enseñanzas de Dios y Sus Diálogos Contigo, en el vacío existencial de los que nos cuestionamos y en la falta que les harás a todos los camareros, mecánicos, chóferes, entrenadores de gimnasios y los miles de restaurantes que ibas donde muchas veces dejaste más de propinas que lo que habías consumido, hoy esos amigos condicionales a tus dádivas, sienten también el vacío que dejas, porque gracias a ti, muchas veces llenaron el pan de su hogar y las escuelas de sus hijos por todo lo que les diste. 

Hoy puedo hablar de ti sin que me lo prohíbas, cuantas personas hoy te agradecen sus profesiones, sus inicios de trabajo, el pago de sus escuelas y universidades. Sembráste donde nunca esperaste jamás una palabra de agradecimiento, luchaste donde nadie se atrevía y al final fuiste el bendecido de Dios que quisiste ser aunque no se lo dijeras a nadie. En este vacío del alma y de tu presencia, solo espero la hora de tu llegada para darte la mano del amigo que se me marcha y tal como te prometí llevarte en mis hombros hasta la ultima morada. 

Aquí con el nudo en la garganta, entre lagrimas y alegrías escribo estas lineas, porque no tengo las fuerzas suficientes para ver llegar tus hijos y a la vez sé, quizás como el que más, que ante Dios, llegó el mejor de sus hijos, eso fuiste aquí en este universo que te toco vivir y en mi caso, mis hijos lamentan tu partida con el agradecimiento eterno de lo que siempre fuiste, que allá donde estés, te sigan remunerando en el mismo nivel que has vivido y te encuentres en el mismo lugar que el Jesús Sacramentado comparta contigo. 

 ATT SERGIO TAVERAS