Juan Isidro Inoa
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Todavía a finales de los años ‘80s los representantes de las comunidades ante la alcaldía eran hombres y mujeres que de cierto nivel social (inspiraba respeto). Discutían y defendían problemas sociales que afectaban a sus representados y lo hacían de manera honorífica. Hoy la situación es distinta. Hoy los regidores, representantes, ediles o como le guste llamarlos se han convertidos en unos busca cuartos que muestran sus garras desde antes de alcanzar la posición. Como se explica que para usted representar a una comunidad invierta 800 mil y hasta un millón de pesos? Si la comunidad en verdad lo quiere como representante no tuviera que gastar un céntimo. Pero es que ya no son representantes. Ahora son fieras que buscan a como de lugar la posición para desde ahí buscar sus cuartos.
Ya no se discute cañadas, ni aceras y contenes, ni seguridad, ni ornato, ni la falta de bombillas en las calles y avenidas, ni problema de basura sino de las compañías y sus contratos (cuartos de por medio). Ahora se discute del monto a pedir para la aprobación de una plaza, un supermercado, una estación de combustibles.
Ahora se discute quien será el representante ante los inversionistas y los montos dependiendo del tipo de negocio y la ubicación. Siendo las estaciones de combustibles las más lucrativa. Un regidor en Santiago cobra casi 100 mil pesos y muchos están dispuestos a hacerlo gratis, si es necesario, siempre que lo incluyan en el grupo que hará la mitad mas uno en las “aprobaciones con repartidera” de los negocios
