Desde Los Calimetes, en la cordillera Central, columna vertebral de una República Dominicana demasiado alta y profunda, entre los portentosos valles de Elías Piña y Hondo Valle, con las nubes a mis pies y ante una “frontera” que es una ficción entre las lomas peladas de Haití y su desesperanza, apenas a 300 metros de aquella tristeza pienso en Migración, CESFRONT, Aduanas, JCE y los irreales “controles” de una burocracia a la que en realidad le importa un carajo esta patria. Y allí solo mi larga carcajadas rompe el silencio de estas montañas.
POR RAMON COLOMBO