sábado, 17 de mayo de 2014

Internet, el gran amigo de la soledad

POR LIGIA MINAYA

 Cuando llegó la computadora, entró como un buen amigo en la casa. Desde ese instante alguien está con nosotros todo el tiempo. Conversamos, nos reímos, nos contamos secretos, sabemos lo que pasa aquí y allá y compartimos esa compañía a cualquier hora del día y de la noche y con el correo electrónico llegan con rapidez los mensajes. A esa soledad instalada y aceptada llegó este personaje que permite relaciones amorosas, amigos nunca vistos, algunos olvidados, otros desconocidos. Y hasta noviazgos que terminan en matrimonios. Se siente que en la casa vive junto a uno otra persona. La soledad, por este modernismo tan avanzado, ya no se parece al tiempo perdido: Se compran pasajes, ropas, libros, se va sacando el jugo a la ciencia y a la tecnología, se trabaja y se busca todo lo que hace falta. 

 Supe de una persona que entró en un lugar de encuentros, dio sus datos, y comenzó a recibir mensajes de algunos señores que deseaban tener contacto con ella. Eligió uno, igual que ella, con hijos, pero vivía en otro extremo del mundo. En unas vacaciones decidió encontrarse con él para conocerse en persona. Su familia pegó el grito al cielo ¿Y si el tipo es un psicópata? Fueron días de felicidad que la convencieron a casarse con él. La hizo convertir al islamismo, en esclava sexual, se buscó tres mujeres más, y allí la vida, se le convirtió en un infierno. Quiso volver a tener su soledad. 

 Hay personas que con temor a su soledad se la pasan buscando un vínculo amoroso. Otras que solo buscan relaciones sexuales pasajeras. Hay quienes se pasan días enteros intercambiando frases de alto voltaje. Así, de una forma y otra, son las cosas en Internet. Naturalmente, es bueno reencontrarse con amigos, entrar en los periódicos, comentar, dar detalles; detener por un momento en esa soledad, a veces, angustiosa, hablar con la familia, con seres queridos que cuentan lo que pasa por su vida o te piden consejos. Envío mis artículos sabatinos a Diario Libre, los pongo en Facebook para que mis mocanos me lean, y hay un largo camino que una no sabe hasta dónde llega. 

 Sin embargo hay personas que te piden ser tu amiga y no sabes quiénes son, y algunas que te envían mensajes, fotos y videos que llenan tu página de desastres, de cosas que no te interesan y que te dan rabia y tristeza. ¡Bloquéalos! Porque aún Internet se convierta en un amigo cariñoso, que envuelva tu soledad con un manto de alegría, es preciso cerrarle la puerta a ese fulano que muchas veces contagia tu soledad con "chikungunya". Cuando eso sucede, es preciso alejarse haciendo que la soledad se vista de música (en la misma computadora), mirar los árboles que ahora la primavera los hace florecer, y hasta respirar profundo y lento para que se convierta en un amoroso concierto. Con o sin Internet la vida depende de uno mismo. Otra cosa muy poco cariñosa en este modernismo son los celulares que crecen día tras día. Te interrumpen, se meten en ese aparatico ¿Qué me decías? Y te vuelven a callar. La balanza dirá cómo y cuándo borrar la soledad con ese amigo.