martes, 6 de mayo de 2014

La madre única

Por Ramón Colombo

 Mayo, el mes de una madre. De una que enseña, que explica, que calla, que escucha, que perdona. El mes de una que siempre entiende, que no descansa, que apacienta, que calma y alienta. De una que es hermosa, fuerte, la más defensora de los suyos y la más compasiva ante el dolor; que todo lo da sin esperar nada a cambio. De aquella a quien Dios hizo inmortal, pues aunque lo eterno la acoja su legado permanece. El mes de quien sin ningún interés ayuda a alcanzar los más altos sueños sacrificando los propios. Que este mayo sea dedicado por completo a esa madre, pues como ella no hay ninguna.