lunes, 12 de mayo de 2014

Ladrones y cleptómanos

Por: Eduardo Álvarez

 Desempeñan el mismo oficio, desde el pobre diablo que se enriquece de la noche a la mañana, hasta Winona Ryder, que hurta cosas en Beverly Hills, pero no le dicen ladrona, sino "cleptómana". Y tenemos al pobretón (que hace poco andaba en motoconcho y hoy tiene aviones y lujosas villas y auspicia candidatos allende los mares), enriquecido en un cargo público, hasta competir con las familias más ricas. ¿Cómo hubiera calificado Adam Smith, de haber entendido esto, que no fuera “asalto al erario”? Y, peor, estos pillos gozan de la protección del Estado y demandan a quienes osan denunciarlos. Eso sí es una chulería.