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Bien, que el Gobierno haya rechazado las fuertes presiones de influyentes terratenientes especuladores que, con la innecesaria carretera Cibao-Sur, simplemente buscaban la mejor plusvalía para sus tierras (amén). Bien, que el Gobierno haya descartado invertir 400 millones de dólares (17,200 millones de pesos) para complacer a esos santos barones (amén). Bien, que el Gobierno haya decidido respetar la cordillera Central (ojalá que por los siglos de los siglos amén) y que les haya dicho a esos señorones: “Váyanse en paz por donde vinieron, que esta misa ha terminado”.