Una nueva revelación se conoció hoy respecto al accionar del Estado Islámico en Siria e Irak, países donde el grupo terrorista sunita ejerce el horror sobre diferentes poblaciones decapitando, crucificando y ejecutando sumariamente a miles de ciudadanos y soldados.
Sin embargo, la enajenación con la que actúan podría tener una explicación química, según indica la agencia de noticias italiana ANSA. Ese ente periodístico recoge una entrevista que la revista L'Espresso realizó a cinco terroristas del Estado Islámico que fueron apresados por las fuerzas kurdas en el norte de Siria.
Allí, los milicianos yihadistas admiten que salen a combatir bajo los efectos de las drogas. "Antes de ir a la batalla" les dan "píldoras alucinógenas para atacar a los enemigos sin tener miedo: Baltan, Capticol, Zolam, Briximol y también hachís", señaló uno de ellos a la publicación, que saldrá mañana a la venta en Italia.
Pero no sólo eso confirmó uno de los detenidos que comandaba además un grupo comando del EI. También reconoció que muchos de los terroristas que se unen a sus filas lo hacen por el dinero que perciben por luchar con las fuerzas sunitas.
Esa situación se reconoce particularmente en aquellos extremistas provenientes de Europa, quienes son cada vez más en la conformación de la banda que ya controla varias ciudades de Siria e Irak. Un experto en explosivos afirmó que por cada atentado terrorista finalizado con éxito, le pagaban 50.000 liras sirias (unos 330 dólares).
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