sábado, 6 de septiembre de 2014

El palacio que Trujillo no quiso


La ciudad de San Cristóbal no sólo es la cuna de la Constitución dominicana, sino que también alberga un conjunto de edificaciones que forman parte de la historia y de los patrimonios nacionales. Ubicada a sólo 15 minutos de Santo Domingo, al sur de la República Dominicana, la provincia San Cristóbal cuenta con una amplia riqueza económica, cultural, social, religiosa e histórica 

 Entre los monumentos que posee, ya sean patrimonio o no, y que son baluartes importantes de la nación están: las Ruinas e instalaciones del Ingenio de Nigua, La glorieta del parque Eugenio de Jesús Marcano, la Catedral Nuestra Señora de la Consolación, el Monumento a los Constituyentes, la Casa de Caoba, que era la mansión campestre del tirano Rafael Leonidas Trujillo y el Castillo del Cerro, construido también para el dictador. 

 Para su época, Trujillo construyó en su natal San Cristóbal varias casas con un estilo y una finalidad peculiar. Sólo en esta ciudad el jefe poseía más de siete casas veraniegas, entre las que están: la Casa de Caoba, el Castillo del Cerro, la casa de playa de Najayo o Casa de Marfil y la Hacienda María o Casa Blanca. 

 Se dice que la residencia campestre predilecta del tirano era la Casa de Caoba, gracias a que está ubicada en el punto más alto de lo que fue Villa Fundación, pero la obra más suntuosa era la del Castillo o Palacio del Cerro, cuyo diseño estuvo a cargo del arquitecto europeo y mayor del Ejército Nacional, Henry Gasón, cuya inversión fue de cinco millones de pesos. La edificación está conformada por más de 30 habitaciones, ocho salones de juego y fiesta, y más de 15 baños diseminados en sus cinco niveles. 

 A pesar de toda esta esplendidez nunca la habitó porque no caló en su gusto, pues muchos detalles, eran más bien una denuncia a su régimen. 



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