SANTIAGO.- Poner un alto a las “manos derramadoras de sangre inocente” es uno de esos desafíos que enfrenta este país en pleno siglo XXI en que los delincuentes han devaluado la vida humana al precio de un celular, un simple anillo, una cartera o unos cuantos pesos.
Tanto así que expresiones como “lo mataron para quitarle un celular, para robarle la cartera, entraron a su casa, le robaron todo y también le quitaron la vida” son algunas de las frases que han tomado las primeras planas de los medios nacionales y que suenan a postalita repetida entre los moradores de aquí y también los de allá.
En un sondeo en tres de los medios de circulación nacional en un lapso de una semana se pudo confirmar que al menos tres noticias escritas por día corresponden a muertes de manos de atracadores.
Según informes del Voluntario por la Seguridad Ciudadana (VOSES) medir si han aumentado o disminuido los niveles de seguridad conlleva analizar una serie de factores, pero las cifras son las que hablan y su informe arrojó que en el trimestre de mayo a julio de este año se han reportado 106 muertes violentas en esta ciudad, aumentanto en comparación con el año pasado en que para el mismo trimestre se reportaron 94 muertes violentas.
Estos números llevados a la cotidianidad dan como resultado una ciudad en que la gente anda con el susto en la boca y deseando que la ola de delincuencia no toque las puertas de sus casas. O sea, que a juzgar por los hechos, definitivamente la inseguridad ciudadana ha aumentado en esta ciudad.
Luz Balbuena residente en el barrio La Cruz de Mary López dijo que “urge ponerle un alto a los delincuentes que tienen a la gente atemorizada y han convertido la ciudad en un matadero”.-
Mientras que Virginia García del municipio de Puñal expresó refiriéndose a un hecho de atraco que ocurrió recientemente en su familia “hay que darle gracias a Dios que por lo menos los delincuentes los dejaron con vida”.
Y es que ahora la vida de la gente parece depender de la voluntad de los delincuentes.
Una que se atrevió a ir más lejos fue María De Los Santos cuando dijo que “esta situación no la arregla nadie solamente Dios” Y aunque a algunos esta afirmación les sonara a religión, no parece estar lejos de la realidad.
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