Leyendo el libro “Mis Vivencias”, que me obsequiara el General Eligio Bisonó Jackson, encontré un capítulo titulado “Tommy LaSorda en la novena entrada”, el cual trata de aquel acontecimiento ocurrido en fecha sábado 5 de diciembre de 1970 en el parque Cibao de Santiago, cuando jugaban los Rojos del “Escogido”, dirigido por LaSorda y las “Águilas Cibaeñas”.
Hemos escrito más de una vez al respecto de este incidente, pero hoy vamos a reproducir la versión de los hechos que ofrece Bisonó Jackson en su libro.
Dice el militar, “para 1970 la comandancia de Santiago de los Caballeros estaba bajo mi responsabilidad.
Nunca he ocultado que siempre he pertenecido a la fanaticada de las Águilas Cibaeñas, y cada vez que tenía la oportunidad de asistir a un encuentro deportivo, lo disfrutaba a plenitud.

LaSorda, desde su momento de entrada al campo de juego, dio muestras de que la decisión del árbitro estaba totalmente equivocada, y por ende, había que romper dicha decisión.
Bueno, se enfrascaron en una discusión bastante agria, y Tommy LaSorda comenzó una protesta que para mí, automáticamente, la consideré una indecencia. Cuando comenzó su peculiar protesta, la algarabía de la fanaticada me conmovió, y me sentí molesto e indignado, pues un acto así sólo se veía en películas, donde un hombre o una mujer comenzaban a desvestirse en un acto que es considerado como obsceno. El asunto no paraba ahí, el acto estaba siendo televisado y visto por miles de espectadores.
Desde el Palco Preferencial yo ajusté mi uniforme y bajé hasta donde se encontraba el respetado manager Tommy LaSorda. Le dijo lo siguiente: “No sé si usted me pueda entender, pero le diré que si usted fuera coronel en los Estados Unidos, y yo fuera un dirigente deportivo y cometiera ese tipo de infracción, seguro que usted sin titubear me llevara preso. Por tal razón yo estoy haciendo lo mismo que usted me haría allá”.
A seguidas, les dije a dos agentes que estaban en el lugar, que lo detuvieran. Así que, él protestó de nuevo, yo le dije: “Señor LaSorda, aquí se respetan las leyes, y usted está quebrantando las reglas del pudor y la decencia, previsto en las leyes dominicanas, así que, usted queda en estos momentos detenido”. Inmediatamente buscamos una unidad policial y lo conducimos hasta el destacamento.
Allá fue tratado decentemente; se le leyeron sus cargos y fue multado con una sanción de RD$50 pesos y tres días de reclusión, pero al día siguiente fue dejado en libertad por las acciones legales que condujo su equipo.
Supe, posteriormente, en unas declaraciones que ofreció a la prensa, que él no creía que con su actitud había violado las leyes dominicanas, y que, por ese acto de poder de aquel coronel, él tomaba la decisión de abandonar la República Dominicana, puesto que nunca en su vida había caído preso.
Gracias a Dios, yo actué conforme a las leyes y solicité al Ministerio Público que él fuera sometido a la acción de la justicia, y así sucedió; no fue por el acto de poder de un coronel.
Yo siempre estuve detrás de las leyes, como mi escudo protector, y nunca delante de mi rango policial.
Como amante del béisbol, siempre he respetado y admirado a Tommy LaSorda, pero en aquel entonces, él irrespetó a la fanaticada, debido a su exacerbada forma de actuar”. Hasta aquí parte de lo escrito por el amigo Bisonó Jackson.
Es mucho lo que se ha comentado en el caso de LaSorda en aquel juego en Santiago, el eco todavía resuena, con todo y la distancia de 44 años de haber sucedido.