Llega la temporada más dulce y cremosa del año y, con ella, la tradición de preparar las mejores habichuelas con dulce.
La Cuaresma, como su nombre lo indica, se refiere a los 40 días antes de la Pascua. Tiempo de arrepentimiento y preparación espiritual, que empieza el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Resurrección durante la Semana Santa.
La Cuaresma hace propicia la ocasión para el reinado de las habichuelas con dulce, un plato muy característico, que no existe en ninguna otra parte del mundo y que forma parte importante de la gastronomía dominicana. Su ingrediente principal, las habichuelas, están consideradas como alimento “supernutritivo”. Comenzando por lo básico: son fuente de proteínas, bajas en grasa, ricas en fibra, vitaminas del complejo B, hierro, folato, potasio y magnesio, acompañadas de leche evaporada Carnation. Este plato es fuente de calcio y vitaminas, nutrientes indispensables para el fortalecimiento del sistema óseo a cualquier edad.
El dominicano las prepara con canela, clavo dulce, nuez moscada, batata, pasas, agregándoles sabor, sobre todo con mucho amor. Cada quien le da su toque personal a este plato.
Esta preparación se acostumbra a servir fría y acompañada de unas galletitas redonditas, que no pueden faltar, ya que agregan textura y buen sabor a esta tradicional receta. Es común prepararla en grandes cantidades para compartir con vecinos y amigos como gesto de amistad, en Miércoles de Ceniza, los viernes de Cuaresma, y durante la Semana Santa.
Degustar una sabrosa taza o un vaso de habichuelas con dulce constituye uno de los mayores placeres del paladar. Cada cucharada es una experiencia que habla de la dominicanidad y del sabor de la leche evaporada.
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