Su vehículo había caído en el mar de Auckland, Nueva Zelanda. Cuando ya no podía respirar, dos policías rompieron el vidrio y la sacaron
La mujer perdió el control del automóvil, que intentaba estacionar en un parqueadero, cayó por un barranco y se estrelló en el mar, en la zona del puerto de Waitemata. Rápidamente comenzó a hundirse y el agua no paraba de entrar en el coche.
A pesar de sus esfuerzos, no podía abrir ninguna de las puertas ni romper los vidrios. Y cuando ya estaba completamente tapada por el agua y no podía respirar, dos policías acudieron a rescatarla.
Los oficiales Paul Watts y Simon Russell, que fueron llamados por testigos, se arrojaron al mar y rompieron el cristal trasero con una roca. Así liberaron a la mujer, a la que le quedaba menos de un minuto de aire, aseguraron.
La operación de rescate no duró más de 40 segundos. El vehículo se sumergió por completo sólo un minuto después de que su dueña fuera extraída.
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