Antes de que los rayos de sol comiencen a caer sobre el suelo dominicano, y hasta que cae la noche, a escasos metros del mayor recipiente de basura del país (vertedero de Duquesa) se entrena seis veces a la semana Starling Heredia Guerra, contando por segundos el tiempo restante para el dos de julio, cuando la vida suya y de sus más cercanos pueda dar un cambio superior al de cualquier ganador de la loto en la isla.
Sería la fecha en la que “Pitbull” -como le llaman- podrá firmar, pero en su calendario lo ve como un paso más para resolver el capítulo económico, y enfocarse en sus aspiraciones de explotar todo el potencial que hace rato se dice tener.
Hace dos años, Heredia, un jardinero central de 6’3 de estatura y 195 libras de fibras, fue presentado a los medios en un conferencia de prensa en un hotel como la gran promesa para 2015. El tiempo pasado no ha dejado quedar mal a su representante, Franklin Ferreras, que lo define como un jugador especial: “un power”.
En marzo pasado integró el equipo del “Mundo” que enfrentó a una selección de Estados Unidos en Carolina del Norte, el adorno más reciente en su biografía, una que incluye varias asistencias a exhibiciones de los principales talentos del planeta en suelo norteamericano.
Los reportes dan cuenta de que Dodgers y Cachorros han sido los mayores pujadores por este diamante poseedor de las cinco herramientas en el rango que supera los US$3 millones. Sería el primer jugador en recibir un bono de siete cifras de Ferreras, con cinco años en la industria.
Varios escuchas consultados coinciden con reportes de que Heredia puede ser el jugador más completo disponible en América Latina.
POR NATHANAEL PÉREZ NERÓ