A raíz de estos enormes y frecuentes movimientos de cancelaciones y managers de la pelota dominicana, en programas de radio y tv, en los medios escritos, se producen todo tipo de puntos de vista, y algunos de ellos llaman mi atención.
Uno está relacionado con el irrespeto con que la Lidom, o sus equipos, vienen tratando a managers que han tenido un reciente o largo historial de éxitos, a favor de sus mismas franquicias, y sin embargo no tienen reparos en mandarlos para su casa porque los resultados no son los apetecibles..o porque simplemente un dueño o un gerente no se sienten bien con el personaje. Los casos más sonoros son los de Félix Fermín y de Audo Vicente, por solo citar dos, pues estos señores tienen méritos más que suficientes para que se les respete y los dejen terminar sus funciones. Y usted preguntará: ¿y no tienen derecho los equipos a cancelar esos dirigentes si las cosas no van bien? Desde luego que sí, pero lo que se produce aquí es una locura.
ORGULLO: Yo estoy entre aquellos que siempre han reclamado que los equipos de Lidom deberían concentrarse también, además de intentar ganar coronas, en fortalecer el nombre de sus equipos como marca de su zona, de hacer crecer su producto como un ente de entretenimiento. Que propicien ambientes adecuados para que cuando una familia o un grupo vayan al play disfruten tanto y fueran tratados tan bien que se queden con las ganas de volver.
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-Que eviten entornos exteriores como el del Quisqueya, que se ha convertido en la cosa más fea y más difícil de penetrar de cualquier parque deportivo del mundo.
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- Que hagan un buen mercadeo de tal manera que el fanático de su pueblo o zona se sienta orgulloso de ser parte de ese club, que lo sienta suyo. (Y para eso deben buscar expertos en la materia, no a mi que solo soy periodista, pero veo como funciona el deporte profesional de los países desarrollados y allí las cosas se manejan como negocio).
.-Que metan promoción especial en su pueblo, de tal manera que tengan una presencia visual activa en la comunidad, desde colocación de vallas, indicadores de tránsito y un montón de cosas más.
En fin, que exploten bien aquello del orgullo de ser aguilucho desde chiquitico, o estrellista de siempre, o duro de Matar, la gloria de ser liceísta, o el cáeme atrás de los Gigantes (un gancho porque si están perdiendo eso es complicado).,.o el Toro, que siempre acosa, que siempre es guapo.
MAL MANEJO: Concluyo estas notas con una crítica a los buenos amigos Audo Vicente y Félix Fermín, y que vaya también para los demás que con frecuencia cometen errores al aceptar determinados trabajos.
No es fácil manejar una carrera de manager, hay que saber cuál trabajo aceptar, cuál rechazar, y sobre todo en la Lidom, en qué momento decir que sí o no... No es posible siempre decir que sí, aunque se tenga cariño al equipo, aunque se tenga una amistad profunda con ejecutivos o dueños. A veces no se puede, y aunque el otro quiera hay que dejar pasar y esperar un momento adecuado.
Esos empleos de managers son escasos en el béisbol, pero quien no esté en capacidad de manejarse bien entonces tendrá problemas a largo plazo. Si se convierte en un manager que hace favores o simplemente trabaja por un cheque, estará restando a su nombre y su futuro.
El béisbol tiene una multiplicidad de empleos que, si usted es serio y capacidad, le llegarán de alguna manera.
Noten el caso de Manny Acta: primero fue coach de primera, luego de tercera, manager de Dominicana en el clásico mundial, luego dos veces dirigente de grandes ligas, manager campeón de la liga dominicana, gerente del Licey, y comentarista de ESPN, y regresa a las mayores ahora como coach de tercera con Seattle.¿Próximo destino? Tal vez manager otra vez por su juventud y capacidad.
Dejo estas reflexiones para que sirvan de algo a los managers dominicanos, víctimas de tantas distorsiones de la pelota local.
(Porque, además, ¿quién ha dicho que los managers ganan juegos? Son los peloteros, siempre.