lunes, 25 de abril de 2016

A 30 años del desastre, la leche de las vacas de Chernobyl sigue radioactiva


En Bielorrusia, al borde de la zona de exclusión de Chernobyl y en la misma carretera que los carteles que advierten "¡Alto! Radiación", un ganadero ofreció a sus visitantes un vaso de leche recién ordeñada. Los periodistas de Associated Press rechazaron educadamente el ofrecimiento, pero enviaron una muestra embotellada a un laboratorio, que confirmó niveles de isótopos radiactivos a niveles 10 veces superiores al límite de seguridad alimentaria en el país. 

 El descubrimiento, la víspera del 30º aniversario de la peor catástrofe nuclear del mundo, muestra cómo las consecuencias de la explosión del 26 de abril de 1986 en una central nuclear de la vecina Ucrania siguen afectando a la vida en Bielorrusia. El Gobierno autoritario de este país agrícola parece decidido a volver a poner en uso tierras de labor que llevan tiempo inutilizadas, y en un país donde se aplasta la disidencia, cualquier objeción a la iniciativa es sutil. 

 El ganadero Nikolai Chubenok dice con orgullo que su rebaño de 50 vacas lecheras produce hasta dos toneladas de leche diarias para la planta local de Milkavita, que vende una marca de queso al estilo parmesano vendida sobre todo en Rusia. Los responsables de Milkavita describieron los resultados de la prueba de laboratorio pagada por AP como "imposible", e insistió en que sus propias pruebas indican que su suministro de leche contiene trazas de isótopos radiactivos muy por debajo de los niveles de seguridad. 

 AP