Pastor Antonio Regalado
Boston, Massachusetts
Tomando Jesús cinco panes de cebada y dos pececillos que tenía el muchacho que le trajo su discípulo Andrés, hizo recostar a la gente, tomó los panes y dio gracias, los repartió entre los discípulos y estos hicieron lo mismo con la multitud que esta recostada. Viendo Andrés desde su punto de vista la imposibilidad de que la multitud pudiera comer se preguntó ¿qué es esto para tantos?. San Juan 6:9-11.
Habiendo hecho Jesús el milagro de la alimentación de los cinco mil, la Palabra testifica el acontecimiento, comieron, se saciaron y sobró comida, recogieron y llenaron doce cestas (recipientes) de los pedazos que habían quedado de los cinco panes de cebada. Viendo ellos el milagro hecho por Jesús, dijeron: "este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo". San Juan 6:12-14.
Jesús le da una lectura muy interesante a esta experiencia que es importante destacar, sobre todo en estos momentos de confusión y trastorno a lo interno de una parte de la Iglesia en la nación dominicana que busca cobijarse al amparo de lo que Jesucristo no quiso hacer.
Dice: "Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo". San Juan 6:15.
La traducción en lenguaje actual expresa: " Jesús se dio cuenta de que la gente quería llevárselo a la fuerza para hacerlo su rey. Por eso se fue a lo alto del cerro, para estar solo". San Juan 6:15.
Jesucristo prefirió irse a orar y no complacer a la gente que quería llevarlo a ser el gobernante de sus propios intereses. Esa es una lección muy grande que debemos aprender para no conciliar con cosas que no son agradables al Señor.
Los judíos quisieron hacerlo rey de la nación, es decir el gobernante que ellos querían al frente de la cosa pública, pero rechazó asumir ese papel, no aprobó participar de un gobierno terrenal, entonces, con este testimonio de Jesucristo, aún así una parte de su pueblo quiere hacer lo que él no hizo, ¿obra esa actitud la voluntad de Jesús?, NO.
Es bueno que la Iglesia sepa, el pueblo dominicano y el mundo, que Jesús le dijo a Pilatos "Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí". San Juan 18:36.
Nuestra ciudadanía es celestial, no es terrenal, viene de Dios, por tanto, respetando el derecho que le asiste a cada persona de decidir caminar por la senda que crea mas conveniente, como hijo de Dios cierro fila acorde con la instrucción de su Palabra: "Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado". 2 Timoteo 2:4.
MARANATHA