sábado, 7 de mayo de 2016
“¡No puede ser!”
En 1930, previo al ascenso de Trujillo al poder, Andrés Julio Aybar, ciudadano preocupado por el deterioro de la institucionalidad democrática, lanzó una angustiosa advertencia de lo que él y otros ciudadanos consideraban como algo prácticamente inminente: el nacimiento de una nueva dictadura, que devendría durante treinta años en la más cruel tiranía de nuestra historia, desde siempre caracterizada por pequeños pasos hacia adelante y largos retrocesos (lo que, por cierto, no ha cambiado). Ese grito, cargado de inmenso asombro y pesadumbre, fue: “¡No puede ser!”. (Apunte el dato y no diga que no se lo advirtieron).