viernes, 24 de junio de 2016

Iglesia católica "Ya no se puede estar seguro ni en un velorio, boda o cumpleaños, no hay espacios seguros"


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El Semanario Camino, a través de su editorial titulado "Auxilio" aborda el tema de la delincuencia e inseguridad que arropa el país, indicando que  muchas personas sienten miedo de acudir a los templos, porque en el trayecto han sido víctimas de atraco y que en varias comunidades han tenido que cambiar el horario de reuniones y encuentros para lograr que la gente asista.

En el editorial que desde este domingo comenzará a circular en todas las parroquias dominicanas, la iglesia católica externó que la lista de hechos de violencia cometidos por delincuentes es larga. Ya no se puede estar seguro ni en un velorio, boda o cumpleaños. No hay espacios seguros.


En el mismo plantea que la inseguridad arropa al país, viviendo atemorizados. “El daño que se está provocando a la salud mental de este pueblo es inmenso. Cada vez nos parecemos más a la pesadilla que sufren varios pueblos centroamericanos”.

A las autoridades se les está yendo de las manos ese problema. ¿Qué están esperando? ¿Que se desborde el río y la creciente sea tan grande que los daños sean incalculables?

Es hora de soluciones. No más promesas. No se puede continuar aplicando paños tibios, y menos continuar con prácticas desfasadas que no han surtido los resultados esperados. A problemas graves, soluciones eficaces.

Ante este desborde de la inseguridad ciudadana unimos nuestra voz a la de muchos ­sectores que están preocupados por esta situación, reclamando medidas urgentes para frenar este fenómeno que destruye nuestro futuro.

La iglesia entiende que es necesario organizar una Cumbre Nacional en donde ­surjan acciones concretas para enfrentar este mal. No más teorías. 

El diagnós­tico de las causas que han generado esta violencia social ya lo tenemos: Injusticias sociales, desempleo, corrupción, impunidad, delitos cometidos sin las sanciones que ameritan, opulencia de algunos, muchas veces mal adquirida, frente a una población carente de lo esencial para vivir; deterioro alarmante de las instituciones, un sector importante de la clase política que es parte del pro­blema por su inconducta y avaricia. La lista es larga.

Sabiamente nuestros viejos decían: “El pasmo con tiempo tiene remedio”. La medicina que necesita el enfermo en estado grave tenemos que buscarla ahora, antes de que sea demasiado tarde.

Todos podemos, y tenemos que contribuir para construir la paz ciudadana. Vamos a encender luces en vez de maldecir la oscuridad.