MADRID.- Los dominicanos y los colombianos son los inmigrantes latinoamericanos residentes en España con mayores probabilidades (75%) de enviar dinero a sus países de origen para ayudar a sus familias, según un estudio.
El informe “Remesas e inclusión financiera. Análisis de una encuesta de migrantes de América Latina y el Caribe en España”, presentado este miércoles, determinó que el 25 % de los más de 2,3 millones de inmigrantes latinoamericanos que viven en España cobra menos de 600 euros (670 dólares) mensuales y casi medio millón de ellos no puede enviar dinero a sus países.
A los dominicanos le siguen los ecuatorianos y paraguayos, cuyo porcentaje se reduce al 65% y 69%, respectivamente.
El emigrante con más posibilidades de enviar dinero tiene entre 30 y 45 años, lleva más de diez años en España, es empleado y tiene un bajo nivel de instrucción.
El estudio, realizado por la consultoría Novadays bajo el liderazgo del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destaca que la capacidad de ahorro de la población latinoamericana “es limitada”, puesto que la reciente crisis económica que ha vivido España les “ha golpeado con mayor crudeza frente a la nativa”.
De manera que, a la ya “tradicional concentración” en puestos poco cualificados, se suma “la dificultad para encontrar empleo”.
Según el informe, el 22 % de los inmigrantes en edad de trabajar está desempleado y el 60 % de los que trabajan lo hace en empleos poco cualificados.
No obstante, el 69 % de los latinoamericano que vive en España envió dinero a familiares en 2015, veinte puntos más que en 2007, lo que se explica porque la crisis económica provocó un “retorno selectivo” e hizo que regresaran a sus países muchos de los ciudadanos latinoamericanos que perdieron su empleo en España.
El monto total de las remesas se redujo entre el 3 y el 7 % desde el comienzo de la crisis económica en 2008, pero mejoraron en 2015, una tendencia al alza que vaticinan que se consolidará al término de este año.
Para el estudio fueron entrevistadas 2.000 personas originarias de República Dominicana, Colombia, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Perú.
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