“Vladímir Putin tiene una agenda bastante apretada”, afirmó este lunes un portavoz del Kremlin cuando se le preguntó por la ausencia del presidente de Rusia en el acto de despedida del martes a Fidel Castro en La Habana.
“Está preparando el mensaje a la Asamblea Nacional”.
Un hecho de cierta relevancia por los lazos que unieron a la Cuba socialista con la URSS durante décadas, y por ser Moscú un socio importante para La Habana, urgida de cooperación económica con Venezuela, su apoyo de los últimos tiempos, en caída libre y con su relación con Estados Unidos en lento avance y en compás de espera por la llegada de Donald Trump a la presidencia, que podría traer retrocesos en el deshielo.
Que Putin no vaya a La Habana no implica que sus relaciones con Cuba estén en horas bajas –en 2015 se reunió en Moscú con el presidente Raúl Castro y ambos Estados tienen pactos de colaboración diversos– pero es un revés diplomático.
El representante del país con el que Fidel Castro llegó a amenazar a EE UU con misiles nucleares será el segundón Viacheslav Volodin, presidente de la Duma.
La primera ministra británica Theresa May tampoco acudirá a La Habana, así como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que hace semanas hizo una visita oficial a Cuba, poco antes de fallecer Castro, y que ha sido criticado tras la muerte del histórico dirigente cubano por definirlo como un “líder notable”.
Tampoco estará presente el presidente francés Hollande, que visitó Cuba en 2015 y se ha mostrado muy interesado en desarrollar la relación entre Francia y la isla.
Notable, pero más previsible, será la ausencia del presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama. Si bien ha sido el normalizador de las relaciones con el régimen cubano y realizó una visita memorable en marzo para sellar el nuevo statu quo bilateral con Raúl Castro, su mandato se acaba y en menos de dos meses cederá su puesto al republicano Trump.
Podría ser John Kerry, secretario de Estado que reabrió en el verano de 2015 en Cuba la embajada de Estados Unidos, pero todavía no hay confirmación oficial.
Sí estarán el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el colombiano Juan Manuel Santos. Además de los líderes más cercanos a La Habana, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador, Daniel Ortega de Nicaragua y el venezolano Nicolás Maduro.
La primera ministra británica Theresa May tampoco acudirá a La Habana, así como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que hace semanas hizo una visita oficial a Cuba, poco antes de fallecer Castro, y que ha sido criticado tras la muerte del histórico dirigente cubano por definirlo como un “líder notable”.
Tampoco estará presente el presidente francés Hollande, que visitó Cuba en 2015 y se ha mostrado muy interesado en desarrollar la relación entre Francia y la isla.
Notable, pero más previsible, será la ausencia del presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama. Si bien ha sido el normalizador de las relaciones con el régimen cubano y realizó una visita memorable en marzo para sellar el nuevo statu quo bilateral con Raúl Castro, su mandato se acaba y en menos de dos meses cederá su puesto al republicano Trump.
Podría ser John Kerry, secretario de Estado que reabrió en el verano de 2015 en Cuba la embajada de Estados Unidos, pero todavía no hay confirmación oficial.
Sí estarán el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el colombiano Juan Manuel Santos. Además de los líderes más cercanos a La Habana, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador, Daniel Ortega de Nicaragua y el venezolano Nicolás Maduro.
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