El dictador iraquí -que se quejó de cortes y moretones de su captura- se dice que había estado "ocupado escribiendo novelas" y no prestó atención a su ejército o cómo sus seguidores dirigían el país.
"Ya no dirigía el gobierno", dijo el ex analista de la CIA, John Nixon, el primer interrogador estadounidense en apoderarse de Hussein.
Hussein (centro) dijo que había estado "ocupado escribiendo novelas" en los últimos años de su régimen, y no prestó atención a su ejército o cómo sus seguidores dirigieron Irak.
"Saddam parecía estar tan despistado sobre lo que estaba sucediendo en Irak como sus enemigos británicos y estadounidenses", añadió Nixon.
"No estaba atento a lo que su gobierno estaba haciendo y no tenía un plan real para prepararse para la defensa de Irak".
Nixon fue encargado de identificar al dictador antes de que la noticia de su captura pudiera ser conocida. Este lo identificó por una vieja herida de bala y dos tatuajes tribales.
El depuesto dictador fue arrogante al principio, pero poco a poco reveló que sabía poco sobre lo que su régimen estaba haciendo, ya que pasó su tiempo lejos de la gobernanza.
Al momento de su captura, Hussein se mantuvo arrogante, quizás aún no se daba cuenta de que había perdido.
Miró a Nixon con un odio tan "asesino", que era "aterrador aunque estuviera bajo llave".
¿Cuándo fue la última vez que viste a tus hijos vivos? -preguntó Nixon a Hussein.
-¿Quiénes son ustedes? El dictador depuesto respondió. ¿Es usted inteligencia militar? Respóndeme. Identifícate a ti mismo.
Hussein se mantuvo firme en que no planeó matar al presidente George H.W. Bush después de la Guerra del Golfo Pérsico - y parecía satisfecho cuando oyó bombas en el exterior, pensando que sus partidarios podrían estar ganando la escaramuza afuera.
-Vas a fallar -dijo Saddam en aquel entonces-. "Vas a encontrar que no es tan fácil gobernar Irak".
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