Los diplomáticos rusos fueron acusados el jueves por el presiente de EEUU, Barack Obama, de haber participado en una supuesta campaña de ciberataques orquestada por el Kremlin para influir en las elecciones presidenciales estadounidenses con el fin de dañar a la demócrata Hillary Clinton y beneficiar al republicano Donald Trump, quien tomará posesión como presidente el 20 de enero.
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