Lo sucedido en estos días en el estadio Quisqueya Juan Marichal exige de un estudio por parte de la liga dominicana de beisbol. No es posible que el proceso de venta de boletas en la fase de los “abonados” se convierta en un trauma que provoque todo tipo de males y eso afecta a todas las partes. Empezando por los propios empleados, que se ven impotentes para responder a las necesidades de los clientes y no pueden dar un adecuado servicio. Y siguiendo con los compradores del espectáculo, los fanáticos, que tienen que pasar todo tipo de sinsabores para comprar un espectáculo de entretenimiento. A miles de personas que desean dar su apoyo al evento se les pone extremadamente difícil.
Yo me cuento entre los abonados que sufren las consecuencias pues desde 1995 compro dos asientos de palcos detrás del plato. ¿Por qué cito el hecho? Para que ustedes sepan, amables lectores, que también soy víctima de esta situación, que se prolonga por años y no hay forma de que se corrija. En las últimas temporadas implementaron un sistema que coloca distintas mesas en el lobby del parque, el “abonado” recibe un número para hacer su operación y luego debe esperar allí entre 5 y 6 horas para ejecutar.
Muchos ya conocen la infuncionalidad de dicho sistema, a mediodía toman el número, se van a sus hogares o al trabajo y regresan 3 y 4 horas despues..y todavía no ha llegado su turno..¿Cómo es posible? La idea es que la Lidom y sus socios busquen la manera de solucionar esto y establecer una forma rápida, funcional y “humana” de dar lo que se llama “buen servicio al cliente”.
¿Quién se ocupará de eso?