viernes, 3 de febrero de 2017

“En realidad no somos una ciudad santuario”


“Ventanas quebradas = Familias quebradas”, decía el cartel que agarraba uno de los activistas, abogados, e inmigrantes que le pedían a la Ciudad que relaje las consecuencias por las faltas a la calidad de vida o delitos menores que terminan generando penas de cárcel y registros criminales.

Este tipo de vigilancia también conocida en inglés como “broken windows” ocurre más dentro de los cuarteles donde habitan más residentes negros e hispanos, en la vivienda pública, y hombres de 15 a 20 años, según un estudio que publicó el verano pasado el Departamento de Investigaciones de la ciudad (DOI) y la Oficina del Inspector General para el NYPD (OIG-NYPD).

“Lo que vemos en Nueva York es que existe la retórica de sí queremos una ciudad santuario pero después la política no coincide con la retórica”, expresó Jason Del Águila, organizador con el Grito de Sunset Park.



Bill de Blasio quitó a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) de Rikers y dispuso que el Departamento Correccional no cooperara con la Migre. Desde que ganó Donald Trump, el alcalde se ha presentado como defensor de los inmigrantes protegiendo el estatus de ciudad santuario de la Gran Manzana.

Pero bajo las nuevas medidas ejecutivas de Trump, un inmigrante que haya sido acusado, arrestado, o convicto de un delito menor, es vulnerable a la deportación porque sus huellas digitales pasan al FBI, y luego a ICE.

“Si broken windows continúa, pues permitirá que ICE agarre a cada persona sin estatus que sea arrestada”, explicó Alma Magaña. La abogada de padres mexicanos, dijo que broken window criminaliza a las personas por brincar la entrada del tren, vender DVDs, o otros delitos que “las personas en nuestra comunidad inmigrante tiene que hacer para sobrevivir en esta ciudad”.

La solución según Magaña es que el Concejo Municipal le pida al NYPD que cambie su política o que todas las fiscalías no procesen estos casos. “Si no lo hacen, pues en realidad no somos una ciudad santuario”, añadió.


Por su parte, el NYPD dijo que no implementa la ley en base de la raza. “El cumplimiento de la ley es en respuesta a quejas presentadas por la comunidad, las llamadas al 911 y a través de las observaciones de los oficiales”, dijo un vocero.

Sin embargo, Oscar Díaz de ICE Free NYC recalcó que el 92% de las personas arrestadas por brincar la entrada del subway, son personas de color.

La vocera del Alcalde Rosemary Boeglin hizo hincapié sobre cómo De Blasio ha cambiado el enfoque de la Uniformada a los criminales violentos y no los que cometen crímenes menores.

“La Administración está enfocada en balancear inteligentemente la seguridad del público con nuestro objetivo de mantener a las familias inmigrantes unidas”, expresó.

Según Boeglin, la Ciudad solo trabajará con “las autoridades federales cuando sea en el mejor interés de la seguridad de nuestras comunidades y vamos a resistir vehementemente cualquier política que afecte los derechos y valores de los neoyorquinos”, añadió.

Los activistas sugieren que se pasen leyes como una que se acaba de introducir en California, que protege a los inmigrantes indocumentados sin convicciones o ofensas violentas anteriores a evitar una declaración de culpabilidad mediante programas de rehabilitación.

@eldiariony