sábado, 22 de abril de 2017
LA HISTORIA DE YIYI
POR Marinelsa Peralta López
Ayer, al caminar por East River, a donde trabajo, al lado the Gracie Mansion, official residence of the Mayor Bill D'Blasio of the City of New York. En Carl Schurz Park, at East End Avenue and 88th Street in the Yorkville neighborhood of Manhattan.
Allí, en un pequeño parque solo para perros adonde los residentes del área que son de clase alta llevan sus mascotas, me he encontrado esta belleza que me conmovió el corazón. Pues de inmediato le pedí a su dueña, una señora americana de unos 75 años de edad, que me permitiera tomarle unas fotos.
Cuando le tomo las fotos me dice la señora... El es Yiyi, es mi único hijo, Dios nunca me Dió hijos pero sí me ha dado mucha salud para cuidar de éste pequeño perrito al que tenían en un albergue de animales para ponerlo a dormir porque en un accidente automovilístico le quebraron sus patitas traseras y sólo caminaba arrastrándose!
Me dice, mi esposo murió y quedé muy sola, al mes fuí con una amiga quien tenía que recoger a un perrito que había adoptado y en la jaula del lado vi a Yiyi agachadito. Me miraba con su carita de tristeza y me saludaba meneando su colita. Algo me conmovió y es que su jaula tenía un letrero que decía ( To sleep). Le pregunto a una empleada y me dice que ese perrito no es para adopción, pues lo tenían allí para ponerlo a dormir en las próximas horas, sólo porque no podía caminar. Su corazón se conmovió y pensó en su esposo que después de un accidente quedó inválido por muchos años, hasta su muerte y ella le pedía salud a Dios para atenderlo hasta la muerte.
INCREÍBLE el amor de ésta buena mujer, una anciana que sin rener planes de adoptar animales, pues sólo fue a acompañar a su amiga, hizo lo imposible por evitar que a este perrito no lo pusieran a dormir y le permitieran la adopción. Lo consiguió y dice que Yiyi es su amor y que sólo le pide salud a Dios para cuidar de él. Yiyi tiene su coche como un bebé, tiene sus médicos en el mismo albergue en donde fue adoptado y todas las tardes va a pasear al parque con su dueña y a jugar con otros perros. Se me aguaron los ojos y le dije, permítame darle un abrazo y decirle... QUE DIOS LA BENDIGA BUENA MUJER Y LE DE MUCHA SALUD!
POR Marinelsa Peralta López

